LeynaEsta noche la luna brilló más que nunca, mis ojos lo hicieron como nunca antes lo habían hecho y solo sonreía con el alma, porque como dije antes, después de aquel acto tan íntimo, tan nuestro, tan lleno de amor, había dejado de ser aquella niña de diecisiete años y me hice mujer, él me hizo mujer, era otra persona que no le importaba dar más de lo que ya no tenía. Y solo sé que lo busqué a oscuras y él me mostró un mundo de luz.Y entonces todo en mí se paralizó al sentir aquellas manos, en medio de la noche y en mi habitación, esos labios que me despertaron suavemente para no gritar y que identifiqué de inmediato. Ese olor que me hizo viajar a lo ocurrido hace horas atrás.—Pero ¿qué haces aquí?, son las cinco de la madrugada— él me indicó que baj
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