Luana llego a su casa preocupada por lo que estaba pasando, mientras sacaba las llaves de su bolso escucho pequeñas risas en el interior, curiosa atisbo por la ventana y quedo intrigada pues no reconocía a aquellas niñas que estaban en la sala de su casa, iba a poner su llave en la cerradura cuando la puerta se abrió de forma improvista.—Hijita, las niñas son hijas de Valentino, me ofrecí a cuidarlas, en la madrugada llego una ambulancia, y se llevaron a su mamá, hasta donde me comunico doña Tulita, ella se encontraba muy mal y lo único que hacía era llamar a su esposo, nadie sabía nada de él, algo debió haberle sucedido, siempre ha sido un buen esposo.Luana estaba muda, no sabía que hacer, su cabeza daba vueltas, se sentía culpable por lo sucedido y no dejaba de llorar, su cuerpo no pudo más y cayó&
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