Jueves, 31 de diciembre de 2015CarolLa casa estaba llena de personas, al menos unas setenta, y gracias a Dios que la era una mansión, sino estaríamos todos como sardinas en una latita pequeña. Los trajes y vestidos de gala desfilaban por todas partes, todos los invitados se habían vestido elegantes para esta noche. Todos los integrantes y amigos de la familia Cox se encontraban aquí, creo que hasta los que se encontraban al otro lado del mundo habían venido solo para esta noche. Ya habíamos conocido a la mayoría de los tíos, primos, sobrinos, hermanos y parientes lejanos de esta numerosa familia. Pero conocer a los padres de David, Raúl y Hortensia, señores de unos setenta y pocos años, fue lo mejor de la noche. Fueron muy amables con mamá y conmigo, sobre todo la señora Hortensia. Me recordaba a mi abuela Clara, la madre de mi papá, car
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