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Todos los capítulos de Los Matices de mi Vida.: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo treinta y uno: Salvándote.
De camino; Matt dejó en claro un par de cosas que debía hacer sin peros y cuando estábamos a una cuadra este apagó el motor y los cuatro salimos del auto para seguir a pie, pasamos el alambrado y seguimos caminando; agachados, el lugar era bastante amplio con una casa de dos plantas y un granero bastante espacioso. En un momento todos nos tiramos al piso al ver como la puerta de la casa principal se habría y salían dos hombres, ambos se dirigieron hacia el granero. Matt le hizo un gesto a Dilan y Renata para que investigaran dentro de la casa, mientras él se dirigiría hacia el granero donde estaban esos hombres. Yo me quedé tirada en el pasto, atenta a ambas partes con el teléfono en la mano para avisarles si veía algo sospechoso. Podía observar cómo Dilan y Renata iban por cada parte de la casa a oscuras, sus siluetas eran claras para mí en las ventanas, por el otro lado Matt se había camuflado bien, no lograba verlo por ningún lado. Los minutos pasaban a paso rápido y yo ya
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Capítulo treinta y dos: Días normales.
Los días pasaban y Jesua seguía en el hospital, nos turnábamos con los chicos para no dejarlo solo en ningún momento, aparte de eso; otros conocidos asistían al hospital a quedarse con él cuándo nosotros debíamos ir a clases. Preferí contarles lo que ocurrió a Lupe y Luca, ya que ambos estaban preocupados por nosotros, Luca estaba preocupado, pero decidió no ir a verlo para no tener un nuevo enfrentamiento con él, estaba muy decidido a mantener una distancia para evitarse el sufrimiento, por otro lado; Lupe decidió hablar con su padre para informarnos de posibles actos que la familia de Jesua pudiera hacer en nuestra contra; así que si algún problema surgiera el padre de Lu sería nuestro abogado, como defensa ya teníamos bastante evidencia que volcaría las cosas a nuestro favor, como dicen “más vale prevenir que lamentar”, frase que daba en el clavo en este momento. Las clases por fin habían acabado, hoy acompañaré a Matt al hospital para ver como esta Jesua, — Lista bonita— me so
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Capítulo treinta y tres: Armando planes.
El día había comenzado bien, las clases fueron muy interesantes, la clase de Psicología había sido muy extensa, teníamos al mismo profesor del año anterior, el profesor Gutiérrez, y hoy había comenzado con un tema nuevo, los diferentes tipos de fobias y sus características. Como siempre él era muy apasionado con sus temas, se entregaba por completo a las diferentes teorías y le buscaba la quinta razón a cada una. Él cree que las fobias, son un leve trastorno en la personalidad; sin embargo, yo creo que son una enfermedad, que debe ser tratada de manera individual y con todo el respeto que esto requiere como un profesional. Cuando la campana por fin sonó, me dirigí hacia la cafetería, pero cuando estaba por llegar noté que Lu estaba en problemas, Andrea y Tiana estaban molestándola de nuevo. Camine a hacia ella y las peche a ambas para apartarlas, tome a Lu de la mano y me dispuse a sacarla de ahí, — ¡Hey!, ¿acaso no viste que estábamos hablando con esa cuatro ojos? —, me di la
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Capítulo treinta y cuatro: Un Luca muy alegre.
El día de clases había llegado a su fin, luego de despedirme de mis amigos, me reuní con Matt en el estacionamiento y salimos un rato a algún lugar apartado de la uni para pasar un momento agradable juntos. Nos dirigimos a la cabaña cerca del lago y una vez allí nos sentamos juntos alado de la laguna en el pequeño puente, — Me moría de ganas de tenerte toda para mí— susurro en mi oído mientras me daba algún suave beso en el cuello, — Mmm, ¿estás seguro de que soy toda para ti? —lo mire con ojos desafiantes. Él no pudo evitar morder sus labios y tomarme de la cintura haciéndome quedar en su regazo, pasé mis brazos por su cuello y me apreté más a él, sabía que tenerme así de cerca, lo volvía apasionado y debo admitir que eso me gustaba. Cruce mis piernas en su espalda para luego apoderarme de sus labios, al fin, sus besos eran intensos; luego suaves, mordiendo con delicadeza y a la vez malicia los míos. Matt despertaba tantas nuevas sensaciones en mí; que lograba que perd
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Capítulo treinta y cinco: El golpe olvidado.
Al llegar a la uni lo llevamos agarrado hasta su residencia, Luca estaba demasiado ebrio como para mantenerse en pie solo, pero unos metros antes de llegar noté una silueta extraña; sentado en uno de los bancos, — Shhh por favor, Luca; baja la vos— le pedí inútilmente, — ¿Porr cue hadita? — volvía a preguntar con dificultad, Lu le tapó la boca y contesto, — Silencio; ahí alguien sentado ahí. Él volvía a hacer ruidos cómicos con la boca tapada sin prestar mínima atención a nuestras palabras, cuando estábamos a unos metros de distancia pude reconocer a la persona que estaba sentada en el banco; era Jesua, este se levantó de golpe y tapándonos el paso quedo frente a frente con Luca que estaba en el medio de nosotras agarrado. — ¿Te divertiste? —le preguntó con calma, — Por favor Jesua, este no es un buen momento para hablar— le dije intentando que se apartara del camino, Él solo ignoró mis palabras y volvió a dirigirse a Luca, — ¿Acaso no puedes mirarme a los ojos y res
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Capítulo treinta y seis: Armando la sorpresa
Como era el primer cumpleaños que pasaríamos como novios oficiales, quería hacer algo especial, una fiesta sorpresa era bueno, pero también había algo más que quería hacer, para eso necesitaba la ayuda de varias personas. Una de ellas era Renata, le pedí que le quitara la llave de la cabaña a Matt sin que este se diera cuenta o sospechara para poder armar una sorpresa para él, sabía que ella no diría nada y me tendría la llave para el viernes. Supuse que me pediría algo a cambio por este favor, pero para mi sorpresa lo único que pidió fue ayudar a pagar el costo de la fiesta sorpresa. Así que tenía exactamente una semana para armarlo todo. Cuando llegamos a la disco hablamos con el encargado y reservamos la sala especial para el sábado, de hecho; tuvimos mucha suerte porque nadie más lo había reservado para esa fecha y tuvimos un descuento especial por ser estudiantes. Con la ayuda de Lu y Luca elegimos todos los arreglos, las bebidas y comidas que se servirían, por suerte la dis
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Capítulo treinta y siete: El cumpleaños de Matt.
Cuando eran las 8 de la noche, Pablo apareció en el dormitorio encontrándolo tendido en su cama con la música fuerte en los auriculares, lo invito a tomar algo con el pretexto de estar preocupado por un tema personal y Matt de poca gana acepto, ya que no era habitual que Pablo necesitara hablar con un amigo cuando tenía dificultades. Y así cayó en la trampa, todos los demás estábamos en la disco esperando que él llegara para festejar. Cuando llegaron un guardia los dirigió a la zona vip, él no estaba muy seguro, pero como Pablo insistió termino por acompañarle. Apenas cruzaron la puerta, se escuchó un gran “SORPRESAA”, la música comenzó a sonar y un mar de confetis caía del techo. Jesua y Dilan se abalanzaron hacia él y comenzaron a molestarlo por haber estado todo el día bajoneado, — ¿Pensaste que nos habíamos olvidado de tu cumpleaños? — ambos preguntaron al unísono mientras se reían a carcajadas al ver la cara de emoción de Matt al vernos a todos ahí. Poco a poco todos lo
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Capítulo treinta y ocho: un tono incomodo.
Cuando vinieron Matt se sentó a mi lado y Pablo se sentó alado de Luca, los 5 nos pusimos a charlar a gusto, cuando note que algo había pasado en la otra esquina de la disco. —Ya no lo soporto. — Que cosa Dilan— preguntó Jesua intrigado, — ¿Acaso no la ves?, ese imbécil se está pasando de la raya al tocarla así— aclaró con enfado. Jesua observó la pista y vio como Renata estaba muy a gusto, — Ja, ja, ja, ¿acaso te estás poniendo así por ella? — pregunto en tono burlón y Dilan lo miro con seriedad, — Acaso crees que es broma— le dijo haciendo más evidente su enfado. — Si tanto te molesta verla bailar con ese infeliz, ve y búscala. — Uff, pero no me gusta bailar, anda sácala tú por mí— empezó a pechar a Jesua para que este lo ayudara — No. —Vamos anda, me la debes— insistió sin darse por vencido, —Que no Dilan— le dijo dándole un golpe en el brazo, — ¡Que la saques dije! — exclamo elevando la voz y empujándole con tal fuerza que logro que este se moviera. Je
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Capítulo treinta y nueve: Contándote mi pasado.
Él se acercó a mí haciendo que perdiera mi superioridad, tiro el cigarro y contesto, — Me lo merecía, y de seguro me merezca otra por lo que voy a hacer. Cogió mis manos aprisionándolas en mi espalda, a pesar de que intenté soltarme; forcejeando con él; pero sin previo aviso y cuando menos lo esperaba me besó y al sentir sus labios en los míos me quedé helado. Luego se alejó de mí y no supe cómo reaccionar, solo lo miré. — Solo escucha lo que quiero decir, solo eso pido. Me soltó y solo asentí sentándome, él hizo lo mismo frente a mí. “Cuando mi madre se fue, mis dos hermanos y yo quedamos a cargo de nuestro padre en la granja, él fue alcohólico toda su vida, es esa clase de hombre que arreglaba todo a los golpes y corregía a sus hijos de formas muy crueles. Mi hermano mayor siempre fue muy parecido a él en todo, yo soy el menor y siempre fui la oveja negra de mi familia, mi hermano pequeño; él solo obedece y evita problemas. Mi madre se fue porque ya no aguantó los
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Capítulo cuarenta: Un momento de dos.
La fiesta llegaba a su fin, luego de muchos juegos, baile; alcohol y de cortar la torta, aún había personas bailando, tome la mano de Matt, lo acerque a mí y de forma seductora le dije al oído, —Aún te falta una sorpresa, ¿te animas a seguirme? Él me miró con malicia y asintió, salimos corriendo de ahí hasta el estacionamiento y una vez en el auto pregunto, — ¿Y ahora qué preciosa? — levante un poco mi vestido negro y él vio que en mi pierna tenía una foto de la cabaña, —¿Tú qué opinas? Matt captó el mensaje enseguida, — No se diga más, vamos a la cabaña. Fuimos todo el camino a las risas, escuchando música y hablando babosadas, aún faltaba una hora para que amaneciera. Cuando por fin llegamos a la cabaña, me apresuré a bajar y esta vez fui yo quien vendo sus ojos al bajar del auto, — Mmm, ¿debería confiar? — murmuró en mi oído mientras terminaba de atar la venda, — Sí, y no puedes quitarte la venda hasta que yo lo diga—, lo tome de las manos y con cuidado lo
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