—Salgamos ya, Silvia, creo que esas luces que se ven venir son del auto de Travis. Vamos deja todo en orden, tómale fotos rápido.—Cállate, que estoy muerta de miedo, solo espero que Travis no sospeche nada de lo que revisamos.—Iré rápido hacia la cochera, quiero asegurarme que no hay nadie por acá, de lo contrario estamos acabados.—Estoy, dirás, a ti no te ven.Marcos salió corriendo con desesperación, mientras tanto yo arreglaba las cosas como las había dejado Travis. Si él era el asesino de Marcos seguro era un tipo astuto y lo más mínimo le parecería algo sospechoso. Tomé las fotos para cuando vino Marcos.—¿Listo?—Sí, ¿tú como miras? ¿Crees que deje todo a como estaba?—Claro, ya deja eso y salgamos por la puerta trasera, quítate los zapatos y sígueme.Marcos tomó de mi mano con seguridad, éramos esa pareja osada, en realidad solo con él me sentía una mujer valiente, capaz de hacer todo tipo de locuras. Todo esto para mi era una nueva experiencia en donde podía sentir el amor
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