Al día siguiente, todos con una expresión abatida prácticamente se suspiraron entre sí al verse. Griselda que siempre se levantaba temprano, ya estaba preparando el desayuno. Andrés salió de la habitación de Ximena por tercera vez, pero ella se había negado a moverse, casi se sentía en los días de escuela en los que prácticamente tenía que sacarla de la cama a rastras. Pero por esa ocasión estaba exenta de ello. —Nos iremos en dos días, si tienen algo que hacer háganlo en ese tiempo. Dijo Andrés al sentarse en la mesa. Carlos tragó lo que tenía en la boca algo sorprendido, Andrés rara vez hablaba a la ligera, por lo que estaba seguro de que no era una broma, y lo que más le sorprendió, era el cómo se parecía a su padre cuando imponía algo. Al inicio pudo dudar de sus palabras ante Sergei, pero en ese momento estaba completamente seguro. Su hermano no era un idiota que hablara a la ligera. Al final, si quería aparentar ser responsable, su hermano siempre sacando un as de la man
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