Todos comenzaron a moverse de inmediato. Ximena y Carlos ayudaron a Griselda, mientras Esteban se encargó de todos los papeles. Carlos condujo al aeropuerto, pero Andrés le pidió que se detuviera en cuanto dos autos comenzaron a alcanzarlos. —Carlos… Sé paciente y no seas impulsivo. Esteban, toma el volante; si algo nos pasa, llévatelas de aquí. Mamá… Haré todo lo que esté en mis manos para que vivamos lejos de ellos, ¿De acuerdo? Griselda con lágrimas que se negaban a caer, asintió, Mientras le rezaba a todos los dioses que conocía por la seguridad de sus hijos. —Mis niños… Perdónenme por ser una madre inútil. Ambos hombres negaron y sonrieron mientras bajaban del auto. Ximena trató de hablar pero la mirada resoluta de Andrés, no dio margen de negociación. Esteban por su parte, con preocupación y nerviosismo, verificaba los alrededores y preparaba el pie en el acelerador. Ximena estaba al borde de una crisis nerviosa por sus hermanos, pero las últimas palabras de
Al día siguiente por la noche. Esteban se mordió el labio con desesperación, ante la renuencia de Ximena. —¡No puedo hacer eso! Él y yo ya estamos divorciados, no tengo porque hablarle o pedirle ayuda. Además... Ella se mostró indecisa mientras lo miraba. Por lo que al darse cuenta Esteban sintió una punzada terrible de culpa y dolor. La abrazó y con pesar le hablo cariñosamente. —Lo siento si te presioné. Pero de verdad, más que cualquier cosa lo único que me interesa es tu seguridad. Incluso si algo llegara a pasarme... yo quisiera que tú... —No digas eso, no quiero escucharlo. Esteban, no puedes dejarme ¿Me escuchaste? Dijo Ximena mientras se acurrucaba en su pecho y se aferraba a él desesperadamente. Esteban se sintió tan feliz y al mismo tiempo desahuciado que era sofocante. «¿Por qué hasta ahora?» Con una sonrisa levanto su mentón para que lo mirara a la cara. —Te amo Ximena. Ella se mordió los labios con fuerza y asintió mientras lloraba. —Y yo a ti Esteban
La mañana era melancólica y algo húmeda por la región, Lucas bajó del avión y sintió una leve incomodidad que no sabía explicar de dónde procedía. Joel lo recibió en el aeropuerto, tenía la mano enyesada y varios golpes en el rostro. Gracias a la intervención de Raquel esquivó la “pena de muerte” y solo se llevó un “castigo ligero”. —Su hotel e… —Llévame a dónde se encuentra. Joel silenciado al instante, asintió y le dio el paso. —Por aquí señor. No tardaron mucho en llegar a un sitio en el que se alquilaban cabañas. Joel se dirigió directamente a una y un hombre aparentemente dejado por él para vigilar se acercó. —El salió hace algún tiempo, está sola ahora. Lucas rechinó los dientes mientras se imaginaba lo peor. —Tiren la puerta si es necesario. De no ser por su herida, habría ido él personalmente en ese instante, pero no podía darse el lujo de ser descubierto por los espías de sus rivales. Ximena saltó en el instante en el que se escuchó el estruendoso albor
Después de Tábata, él era al que más odiaba en el mundo.Lucas por su parte de alguna parte en su interior, una nueva sensación de emoción floreció. —Aún no encuentro a Andrés. Ximena limpió cuidadosamente con una gasa el rostro de Carlos. —Él estará bien, estoy segura.***************—Es increíble el gran trabajo que has hecho con ellos, casi podría jurar que hiciste varios reemplazos en caso de perdernos. Iván con una sonrisa de irritación, como ya era costumbre, habló prácticamente al aire mientras Sergei permanecía en silencio. Desde el día que había entrado a su oficina, se le negó la salida. En ningún momento discutió se molestó. Simplemente, permaneció en silencio. Iván tenía la firme intención de juntarlos a todos y asesinarlos justo frente a él, para saber si en algún momento el anciano podría mostrar algo diferente a esa irritante expresión. Pero después de capturar a Andrés y Carlos, Ximena prácticamente desapareció. Sabía que, en algún punto, alguien de alguna mane
Tres meses después...—Hermana... —No te preocupes por mí, lleva a mama a descansar, me quedaré hoy. Andrés volvió a suspirar con preocupación y salió de la habitación de Carlos. Desde que habia sido encontrado habia permanecido en coma, según el medico había sufrido un golpe bastante fuerte en la cabeza, por lo que no habia seguridad de que despertara o de que despertaría en cualquier segundo. Ximena no se separó mucho de él, incluso después de saber de su embarazo. Afortunadamente, Lucas le había asignado varios médicos, un piso y varias enfermeras para el cuidado de ambos. Ella no salió a ningún lado y se había negado fervientemente a dejar el lado de Carlos. Sentía que era lo mínimo que debía hacer después de no haber estado cerca cuando Emiliano murió. Y al final, nadie se sentía capaz de decirle nada. Afortunadamente sus heridas habían sanado satisfactoriamente, su brazo ya no necesitaba yeso y sus huesos estaban bastante bien. Ahora solo quedaba que volviera a despertar.
Esteban se puso de pie y la miró aún más sorprendido. —Ximena, tú… Ella sin medir un poco su rabia siguió despotricando. —¡Debiste saber lo que implicaba estar con ella! ¡Maldita sea! ¡Casi nos mata! ¡Mato a mi bebé! ¡¿Cómo diablos es que no…?! En un segundo su enojo se esfumó y lo miró como si hubiera hecho un gran descubrimiento. Esteban se estremeció y se atragantó con su propia saliva incrédulo. —No, Ximena, yo nunca. Ella como si fuera una bestia rabiosa trato de liberarse mientras gritaba a todo pulmón. —¡Eres un maldito! ¡Todo éste tiempo confié en ti! ¡Bastardos miserables! Sus lágrima comenzaron a caer mientras lloraba y gritaba llena de dolor y rabia. —Ximena, escúchame yo nunca… —¡Cierra la maldita boca! ¡No voy a creer nada de lo que digas! CLAP, CLAP, CLAP. —Vaya, vaya, vaya. Así que está es la mujer que tanto adora Lucas. Igual de loca y desquiciada que ese mocoso. Me agrada. Gergen que acababa de llegar al departamento, fue atraído por los gritos de Ximena
Ximena no reaccionó ante su burla, estaba terriblemente aterrada, pero no quería demostrarlo sus manos no dejaron de temblar y su corazón no dejó de latir como loco. —Ella se merecía más. Raquel la miro un segundo, no cabía duda de que, si ella hubiera crecido en ese ambiente desde el inicio, seria incluso peor que ella misma. mientras caminaba, observaba a su alrededor, pero para su sorpresa, salvo Tabata, Esteba y Gergen, en realidad no había nadie más. Sin mencionar el tipo feo que probablemente Tabata había encontrado en la calle. Raquel revisó con cautela todos los lugares por dónde pasaban. Al final se dio cuenta de que no sol se trataba de un departamento, sino del edificio completo.Frunció el ceño y, cuando creyó que por fin podrían salir sin ser detectadas, una estúpida y molesta voz se escuchó detrás de ellas. —Ximena… Raquel apretó los labios y la pasó lentamente detrás de ella mientras miraba a su alrededor esperando que no hubiera nadie más.Esteban con una mirada
—Cuñada, debemos irnos. Ahora. Raquel al ver que más autos se acercaban trató de llevarla junto a Lucas, sin embargo, para su molestia, Gergen había conseguido más gente de la que esperaba. Ximena que tenía en su regazo la cabeza de Esteban, sintió el tirón en su brazo pero se reusó a moverse por un momento. Él negó con su cabeza en silencio y besó el dorso de su mano con suavidad. —Debes irte, cuando tengas tiempo. Ve a mi departamento. Lucas le hizo una señal a Raquel y esta inmediatamente levantó a Ximena por la fuerza y la llevó con ella, a la distancia, se veía el auto de Kyle y Axel. Lucas con una expresión seria como siempre, firme, serio y estoico, comenzó a disparar. —¡Esteban! Él que ya no podía soportar el dolor se negó a verla de nuevo, pero en silencio sólo podía ver los rastros de polvo que pasaban sobre él, de las balas de ambos lados. Con una sonrisa, observó lo que pudo y simplemente se dejó llevar. "Sí llora por lo menos un poco, signifiqué algo... ¿Cierto?"