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Todos los capítulos de Solo un para siempre: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo 31. Decoraciones.
POV: Andrea.Mi día comienza temprano, hay mucho por hacer de los encargos por las próximas festividades. Mi madre tiene un pequeño negocio de arreglos festivos y en estas fechas, tiene mucho trabajo. Llevamos toda la mañana trabajando sin descanso y aunque quedan los detalles más sencillos, ya es menos lo que queda pendiente.—Andrea, tengo hambre, ¿por qué no vas a lo de Fer y traes algo de pastel? —pregunta mi madre, inclinada sobre su escritorio, con los lentes puestos y un tubo de goma en la mano.Mis tripas hacen acto de presencia y no me puedo negar, porque yo también estoy hambrienta. Dejo sobre la mesa las pequeñas flores que estaba trenzando y busco mi chaqueta, para salir del estudio.—¿De lo que sea que haya? —digo, para asegurarme; aunque mi madre es como yo y adora todo lo que hacen en la cafetería de Fer.—Sabes
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Capítulo 32. Más que conocidos.
POV: Andrea.Un estremecimiento me recorre la espina dorsal. Las bolsas que pretendía dejar con cuidado en el piso, caen a mi lado sin poder evitarlo.«No puede ser. No puede ser».Me repito lo mismo una y otra vez. Porque todavía tengo la esperanza de que solo sea mi estúpida obsesión por Christian, la que me hace escucharlo ahora. Pero solo pasan segundos, para que esa fe se rompa a mis espaldas.—Hijo, ¿ustedes se conocen? —La voz de la señora Anderson se escucha sorprendida y casi feliz, con la expectativa de que así sea.Con pocos ánimos, me volteo. Y es cuando lo veo.«Por Dios, ¿por qué no puede verse horroroso?». Pienso y casi que tengo que morderme los labios para no gritar de frustración.Él me observa con una ceja enarcada y con los brazos cruzados a la altura de su pecho. Si en algún momento le sor
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Capítulo 33. Debería tenerlo asumido.
POV: Andrea.Me tengo que acordar de su madre, aunque la tenga en frente y ella sea una buena persona. Pero es que Christian logra sacar lo peor de mí.El muy descarado siempre termina saliéndose con la suya y la mirada que ahora me dirige me confirma que lo tiene claro. Yo solo puedo morderme la lengua para no decirle realmente lo que quiero delante de Vanessa; fue suficiente con lo que ella comprendió y supo “ver”, que sucede entre nosotros.Sonrío, a duras penas puedo mostrar mis dientes, cuando lo que quiero es fulminarlo con la mirada y decirle que lo odio.«¿Por qué siempre tiene que ser así?».Es frustrante que yo, cada vez, caiga como mosca en su sopa. Debía haberme ido cuando tuve la oportunidad hace unos minutos; de haberlo hecho, ahora no estaría aquí, intentando fingir que no me importa cenar con él y su familia, que somos amigos e inclu
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Capítulo 34. No lo intentarás.
POV: Andrea.—Soy estúpida —me reclamo a mí misma, mientras golpeo el volante una y otra vez—. Es que, ¿quién me manda a ser tan floja? Con solo recitar mi comida favorita ya había tumbado mis muros otra vez. Es que, no puedo conmigo, de verdad que no.Debería burlarme de mí misma y de mi nivel de bobería. Un día. Solo un día me duró la supuesta distancia y el supuesto proceso de sanación.—Ahhh, es que quiero gritar —chillo, dentro del auto y aprovechando que no hay nadie a esta hora en la calle.El tiempo en casa de los Anderson me pasó volando. Me sentí tan bien por un rato, que ni siquiera noté que anochecía. En casa deben estar esperándome para comer, pero yo ni hambre tengo ya.Suelto un suspiro de cansancio y frustración. Me jode demasiado que, cuando se trata de Christian, no mido consec
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Capítulo 35. De la forma correcta.
POV: Christian.En cuanto mi madre menciona su nombre, me quedo en shock. Nunca creí que Stacey se atreviera a regresar a este lugar después de todo lo que pasó, de todo lo que provocó. No culpo a mi madre de nada, porque ella no está al tanto. En aquel entonces, hace como cuatro años, mi hermano y yo llegamos a un acuerdo, a pesar de que no quería verlo delante de mí. Lo pasado, pasado quedaba y nadie sabría nunca lo sucedido. Pero el olvido no incluía nuestra relación. Esa sí se rompió.La traición, la mayoría de las veces, viene de donde menos lo esperas. El concepto es bastante claro. Pues, a mí me pasó. Y todavía, a estas alturas, guardo el rencor que sentí por aquellos días oscuros y decepcionantes. Mis reglas llegaron después. Y contrario a lo que se pueda interpretar, no vinieron por ella; por esa mujer
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Capítulo 36. Luego él.
POV: Andrea.»Mis demonios son muchos, pero no son eternos. No, cuando encontré una razón más que suficiente para seguir adelante. No voy a obligarte, Andrea, es hora de que seas tú la que decida. Estaré esperándote mañana, con mis explicaciones. Las que sé que necesitas comprender. Lo que hagas, lo que decidas, lo respetaré.Releo el mensaje, creo, por décima vez. Un sentimiento extraño se expande en mi pecho; y no soy capaz de definir cuál es. ¿Alivio? ¿Curiosidad? ¿Rabia?Siempre, de alguna manera, él termina condicionando mis decisiones. Ahora lo deja en mis manos, pero pone la carnada. Es obvio que quiero escuchar sus explicaciones, las últimas semanas esos supuestos motivos me han dejado a mí en el medio de todo su desorden emocional. Pero, ¿es lo correcto? ¿Aceptar su invitación
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Capítulo 37. Lo merecías.
POV: Christian.Miro mi teléfono una vez más, esperando un milagro.Ya han pasado horas desde que Andrea recibió el mensaje, pero no me responde. Quiero pensar que estoy bien con eso, porque precisamente le aseguré comprensión de mi parte, pero no lo estoy.Quiero ir con ella, explicarle todo de una vez. Poner en palabras lo que me ha afectado tanto tiempo y de lo que nunca me he atrevido a hablar. Hablar de las razones por las que me convertí en un hijo de puta egoísta, que solo vela por sí mismo y mete en el mismo saco a todos, por el resentimiento que lleva incrustado en el pecho.Pero no puedo. Si pretendo dejar a un lado mi actitud egoísta, la primera prueba será aguantar hasta que sea ella la que me pida motivos. Ya yo dejé la pelota en su tejado, ahora basta esperar a que Andrea se decida.Y por eso mismo es que no he logrado tranquilizarme en todo este tiempo. Me a
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Capítulo 38. Sí existen.
POV: Andrea.No dije nada gracioso, pero él se ríe. Y como es de esperarse, usa esa sonrisa que tanto me desordena.No solo le basta ser sexy, estar bueno y mantener su estilo de bad boy; necesita gritarlo al mundo con toda la indiferencia que es capaz de aparentar. O tal vez no, lo más seguro es que él sepa lo que provoca y lo use a su favor.Justo como está haciendo ahora conmigo.Que, contrario a la reacción que tendría una persona normal, yo, de pendeja que soy, no puedo negar que la comisura de mi boca intenta seguirle el rumbo, pero me aguanto por los pelos. El muy imbécil sabe el efecto que tiene sobre mí, cuando usa ese gesto entre provocador e inocente, la endemoniada muestra de su supuesta ingenuidad.Y la verdad es que, después de todo, hubiera querido ser yo la que le diera el componte, precisamente por actitudes como esta que ahora presenta. Tan seguro de sí m
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Capítulo 39. Tú decides.
POV: Andrea.¿Se puede amar u odiar a una persona al mismo tiempo? ¿Se puede olvidar realmente el daño que alguien te hace, así haya sido sin “intenciones”?Mientras Christian me observa, a la espera de una reacción después de sus palabras, yo no sé qué pensar. Me debato entre la emoción que siento por el significado de esa sencilla frase y los recuerdos de estos días sintiéndome como si estuviera todo el tiempo sobre una montaña rusa de emociones.Quiero creerle. Quiero pensar que soy la típica protagonista de novelas que logra cambiar al bad boy que va por la vida sin importarle nadie. Quiero confiar en él.Entonces, ¿por qué no lo hago?No puedo disimular el hecho de que me cuesta hacerlo, porque aun sabiendo que me enamoré de él, no estoy dispuesta a aceptarlo con tanta facilidad.—No te
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Capítulo 40. Tonto que fui.
POV: Christian. La corriente que me recorre me hace sonreír. Y mientras la llevo tomada de la mano, puedo sentir como mis nervios se expanden por mi cuerpo. Llevarla a mi lugar secreto era algo que no había considerado hasta ahora, pero una vez decidido, creo que será lo mejor. El yo más joven, que desahogaba sus frustraciones en ese lugar, no es el chico que hoy regresa acompañado de la única mujer que lo ha hecho reflexionar. —¿A dónde vamos? —La voz de Andrea se escucha entusiasmada y cuando me giro para verla, el brillo de sus ojos me recibe. —A un lugar que hace años no visito. —Lo dejo ahí por el momento, porque no pretendo pensar mucho en la última vez que estuve aquí. —¿Me vas a secuestrar? Que conste que le mandé un mensaje a mi hermano… Su extraña forma de destensar el ambiente alivia los fantasmas que van regresando. Y de mencionar a su maldito hermano, vuelvo a sentir el dolor sordo del puñetazo de antes. Supongo que me hay
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