–Y, ahora, ¿cuál es el problema? Rossana Regiés volvió a experimentar el pasado, en cuanto vio la cara de acontecimiento del Goodboy, luego de colgar el teléfono. –Adalyn –respondió él, en seco. –Todo se resume en Adalyn –dijo Ro. Jared quiso aproximarse a ella para abrazarla, pero Rossie dio, inconscientemente, un paso atrás. –Necesito regresar hoy en la madrugada. –Si haces eso, otra vez –amenazó Rossie–, no habrá un siguiente día para nosotros. –Pero Bobby necesita mi firma. –Nada que no pueda esperar hasta el día siguiente –protestó Ro–. Jared, por lo que más quieras, ¡no puedes hacerme esto por tercera vez! Pero, lo que no sabía Rossie, es que se trataban de circunstancias que siempre estuvieron fuera de su control. Del de ella, del de Jared, del de todos. Incluso del de Adalyn. –Podría perderlo todo, si no respondo ahora –dijo El Emperador–. Y tú no tienes la más mínima idea de cu
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