Un mes después... Emilia estaba sentada en su silla de ruedas en el jardín trasero de la casa, disfrutando de los rayos del sol de la mañana. Estos calentaban su rostro y el de su bebé, que en esos momentos dormía en sus brazos. Los médicos le había recomendado que tomara aire fresco y un poco de sol, que eso les aria bien a ambos. Estaba disfrutando del ambiente, cuando de pronto vio que se le acercaba Barbara, quien sabía era la prometida de Oliver. Era una mujer bellísima sin duda y con mucha clase, era indudablemente perfecta para Oliver. Ambos tenían esa belleza que llamaba la atención a donde sea que fuese, esa imponencia y es que se movían en el mismo círculo social. Ella en cambio nunca encajaría en él, más tampoco lo buscaba. A decir verdad no envidiaba nada de ellos, solo reconocía su belleza y aceptaba que era perfecta para Oliver. - Espero que estés mejor, Oliver me contó todo lo sucedido. Es solo que no había tenido la oportunidad de venir a verlos - le dijo mostrándose
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