Capítulo 57. Decepcionada de mí misma.
Escucho la voz de mi hijo y reacciono. Tapo mi boca, para ahogar un sollozo, al darme cuenta de mi error.«¿Qué hice, por Dios?».Me reclamo una y otra vez todas las palabras que solté sin pensar, sin motivos. El ataque de Michael, fue producto de su despecho, de su dolor. Y yo actué como una perra ingrata devolviéndole solo palabras hirientes.«No lo merezco», vuelvo a reclamarme, cuando recuerdo todo lo que le dije, todo lo que le eché en cara. Y me duele todavía más, saber que me equivoqué. Porque no las merecía. No él.Verlos juntos, a Michael y a Aarón, me hace sentir más culpable aún. Aunque él no sea su padre verdadero, desempeñó el papel como si lo fuera, apoyando cada minuto, cada acto, cada día desde que nació. Ganándose, a todo costo, el derecho de llamarse "padre".Lo conozco
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