Varios días han transcurrido desde que vi a Alexa asomarse a mi oficina, es asi, creo que es su maldito juego. He estado tan sumido en el trabajo que había olvidado que hoy era el cumpleaños de mamá ¡diablos! digo cuando mi secretaria me indica los asuntos del día. Mamá deberá estar odiándome es lo que pienso. Salgo temprano de la oficina y cancelo todo lo demás, le ordeno al chofer de la familia la lleve a su restaurante favorito, reserve una mesa para ambos lejos de las demás personas y mientras esperaba por ella volteo a ver si aparecía al fin cuando… viene con ese niño, parece que no lo suelta ni por un instante. — ¡perdona la tardanza mi amor! —llega hacia mi mamá y al mismo tiempo me pongo en pie para abrazarla. —No te preocupes, todo bien —respondo viendo de reojo al niño ese. —espero no te molestes, traje a Antonio para que compartan —“compartir” dice la voz en mi cabeza, lo que menos quiero es tenerlo cerca, mamá sabe que no me gustan los niños. Apen
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