CAPÍTULO 23. YO TE ESTARÉ ESPERANDO
Gálata recibió cada estocada de Adriano, sin dejar de gemir, cada embiste la acercaba un poco más a esa cúspide de placer que tanto añoraba, dónde tenía mucho tiempo de no ir, se sintió tan excitada, ese hombre era pura pasión, fuego, no obstante, su conciencia, que al parecer era su peor enemiga en ese momento, le trajo los recuerdos del último encuentro con Matteo.«Esto es solo sexo, al final tendrás remordimiento y no sentirás ternura, ni mucho menos amor, como la última vez», desechó esos pensamientos, porque no quería darle cabidas en ese momento.Una vez experimentada la explosión del orgasmo, se sintió con una extraña sensación, se levantó del sofá donde habían estado, sin pronunciar palabra, tomó sus ropas, su celular y se fue al baño, había dicho sin remordimiento
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