Puerto Escondido, Oaxaca. Paula María, la hermana adoptiva de Óscar, se encontraba en su casa, había recibido la visita de su antiguo amigo: Carlos Gabriel Duque, un joven colombiano, muy atractivo. Llevó hasta la pérgola donde charlaban una charola con fresas con chocolate y un vino espumoso, para poder conversar con él. Luego de colocar las cosas sobre la mesa, acomodó el corto vestido en tono azul cielo a los hombros, que lucía y se sentó frente a él, sonrió con calidez. Enseguida, ambos chicos intentaron ponerse al tanto de sus vidas, pues habían pasado años sin verse. —No pensé que te volvería a ver —expresó—, te alejaste sin dar explicaciones, jamás entendí el motivo —reclamó y bebió un sorbo de vino—, me va a dar m
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