Cuando termine mi narración Miriam se mantuvo en silencio por un largo rato, su mirada perdida comenzaba a preocuparme, pero esperaba que en cualquier minuto comenzara a despotricar contra mí, de hecho, no solo lo esperaba, sino que lo quería. Me culpaba a mí mismo y de alguna forma sabía que ella también lo haría al menos su odio sería una buena distracción, pero de pronto comenzó a llorar, sorprendiéndome. La observe en silencio, sin atreverme a decir nada o siquiera a moverme, verla llorar tan desconsoladamente me clavo el corazón, por primera vez vislumbre su debilidad, quebrada, no queda nada de la fastidiosa mujer que solía ser, ni tampoco del sarcástico y desinteresado carácter que había asomado hace un par de días atrás, ahora solo podía ver miedo, como si estuviera parada al borde del vacío o a la deriva, y con ello la prof
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