92. Que Decidir.
Elena Desperté en mi choza con los primeros rayos del sol, me estiré sintiendo mi cuerpo extasiado y cansado, cuando me giré sobre mi cama para ver al causante de mi alegría, la cama estaba vacía, por un pequeño instante dudé, ¿sería que lo soñé? Me pregunté. No, definitivamente no había soñado él había regresado, había estado dentro de mí por el resto del día de ayer, imágenes de nosotros dentro del rio mientras succionaba mi pecho y me hacía suya vinieron a mi mente, y pasaron como en una película todos los lugares que ocupamos en la selva, mi espalda pegada en una inmensa roca fría mientras una de mis piernas se posaba en el hombro de Hassam y el saboreaba mi centro de placer. Mis manos aruñadas por aquel árbol mientras me aferraba fuerte al sentir la oleada de placer cuando mi amado inundaba mi cuerpo haciéndolo sonar con cada embestida. Y por supuesto, la mayor prueba de que si había estado con él, la tenía en mi mano izquierda, un hermoso anillo con una esmeralda b
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