Capítulo noventa y uno Muerdo y desgarro cada pedazo de idiota que se coloca en frente mío. La casa está llena de niños, las pocas madres que hay estan alrededor de la mansión protegiendo cada rincón visible. Algunos vampiros se van huyendo mientras que otros dan su vida solo por seguir ordenes, como por arte de magia aparece un grupo de diez al frente mío, cada uno en perfecto estado. Lauryn gruñe y el líder alza la mano en son de paz. —Mira a tu al rededor, lobos siendo matados, familias destruidas, casas destrozadas y todo esto es por lo que llevas en tu vientre—observo el panorama y en un instante está a mi lado sobando mi lomo—Yo soy la reencarnación del que mandaste a las tinieblas hace poco—como no reconocer ese asqueroso aroma. Gruño—Deja a tod
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