En la distancia Cleo había presenciado a algunos policías reteniendo a los guardias de Emil, los cuales disparaban a matar. El lugar se había vuelto un campo de guerra, la posibilidad de escapar de las manos de Emil y buscar ayuda había cruzado por la mente de Cleo, sin embargo, el arma le apunto a su cabeza. Cleo intentaba caminar con torpeza para retrasar al criminal que la mantenía atrapada, pero esto solo ocasionaba que el propio Emil la tomara con más fuerza ocasionado que Cleo dejara escapar jadeos de dolor.― ¡Emil!... ― Una voz imponente y llena de odio se escuchó a un costado de ellos, Cleo no tenía que mirar a la persona para saber de quien se trataba. Ivar se encontraba apuntándole con una pistola a Emil, el CEO había practicado por muchos años el uso de armas y era bueno, sin embargo, Ivar ahora dudaba de su buena puntería al saber que Cleo se encontraba en su objetivo.― ¡Vamos!, ¿¡qué esperas!?, ¡dispara!... ― Emil detuvo su paso y apretó el agarre de Cleo contra su cuer
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