|| Capítulo 30: Sentimientos... ||
La sonrisa de Cleo se podía apreciar en su rostro, pero la taza de café que mantenía agarrada y ocultaba sus labios eran para disimular que quería soltar una risa ante la escena mañanera que veía al frente. Ragnhild intentaba darle una pastilla a Gerd, su perro, pero este a cada rato la soltaba o al oler el trozo de carne junto con el medicamento lo dejaba allí. — Gerd, ven aquí. — La voz del CEO sonaba un poco frustrada por sus tantos fallos, pero aunque Ragnhild intentará verse molesto, no lo estaba. Le agradaba tener la presencia de Cleo allí, hace un tiempo que no le gustaba comer en el comedor porque se sentía solo, pero verla allí sonriéndole y contándole varias cosas lo hacía sentirse bien. — Te ayudaré, permíteme. — Cleo se toma el último sorbo de su café mientras se levantaba acercándose hacia Ivar, cuando estuvo cerca del CEO le extendió la mano y este se la dio no sin antes tocar la suave mano de Cleo. — ¿Tienes premios?… — Ragnhild asiente con su cabeza tomando una peque
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