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Todos los capítulos de Isabel : Capítulo 31 - Capítulo 35
35 chapters
Capítulo 31
IsabelCuando el despertador sonó quise que el tiempo se detuviera en ese justo instante, no quería afrontar un nuevo día, no deseaba ir a la oficina y no verlo, aunque yo misma había solicitado esto. Lo extrañaba, malditamente que lo extrañaba como no había añorado a nadie en mi vida. Tomando una larga respiración, aparte todos esos pensamientos y me puse en pie. Oculte cualquier indicio de dolor de mi rostro con un buen maquillaje. Deje a la niña en la escuela y espere a que entrara a clase antes de irme, iba al trabajo y como una maquina trabajaba, cumplía con mis metas, al fin de mes los números estaban en verde y eso me dejaba una pequeña satisfacción. Así fueron mis días por un mes completo, despertar, lamentarme, dejar a Leia en la escuela, ir a trabajar, volver a casa, estar con la niña e irme a dormir imaginando que estaba envuelta en sus br
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Capítulo 32
Isabel Volver a vivir con un hombre era complicado y exquisito a la vez. Despertar en brazos del otro, dormir en la misma posición, ponernos de acuerdo quien entra al baño primero, o si entramos los dos al mismo tiempo cuando duramos más tiempo de la cuenta en la cama, tener que ir haciéndole espacio en el closet, en el baño, tener la conversación de que lado de la cama le toca a cada uno, pero sin duda, mi parte favorita era la hora del desayuno, tener a alguien con quien hacer planes para el resto del día, que él se ofreciera a llevarme al trabajo dos días a la semana, dos días me tocaba a mi manejar y llevarlo a él y el día que quedaba cada uno nos íbamos por separado, pues después de trabajo Daniel practicaba futbol, en varias ocasiones me presente allí sin decirle nada, solo para verlo jugar, Leia insistía en ir conmigo pues su padre se unió a esas p
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Capítulo 33
Isabel–Hola– al abrir lo ojos me tope con el angelical rostro de Remy, llevaba ojeras debajo de sus ojos y su cabello rojo que siempre estaba perfectamente peinado, lo llevaba en una coleta y varios mechones le caían por la cara. Me sentía rara, como con un vacío en el vientre y me dolía bastante. –¿Qué ha sucedido? – Remy respiro hondo antes de hablar. –Isabel, lamento tener que decirte esto– se paso la mano por el rostro y se puso los mechones detrás de las orejas– tuvieron que intervenirte de emergencia… –¿Qué? – quise sentarme, pero ella se puso en pie y con cuidado me puso las manos en los hombros y me hizo sentarme. –Estabas teniendo un aborto espontaneo… tu doctora dijo que vendría y que te explicaría todo, al parecer es debido a tus problemas de tiroides– aprete los ojos
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Capítulo final
Isabel Hubiera preferido casarme en mejores condiciones, hacer esa enorme fiesta con la que tanto fantaseé de niña, aunque en este preciso momento eso importa un comido, porque me estaba casando con un hombre que me amaba locamente y estaba dispuesto a hacer todo por mí. Nuestra boda fue bastante sencilla, mi madre se encargo de todo y la celebramos en nuestro pateo trasero, los invitados no llegaban a 15, cosa que la volvió muy especial y aunque todo era precioso y perfecto, había algo mal en mí, ese vacío por la pérdida de nuestro bebe no me abandonada, la doctora dijo que iba a sentirme así por un tiempo, el nuevo tratamiento no ayudaba mucho a que me sintiera mejor, ella me aconsejo que lo hablara con Daniel, dijo en palabras textuales que era una perdida que no debía de soportar yo sola, que era adecuado contárselo y que juntos trabajáramos para superarlo. Yo quería contá
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Epílogo
Me estaba secando el cabello con una toalla al entrar en la habitación y no encontrarlo allí. Fruncí el ceño, dejé la toalla humedad en el perchero y sin molestarme en secarme fui en su búsqueda. Hacía casi tres años que nos habíamos conocido, quien me iba a decir que aquel hombre que me cuido mientras me emborrachaba en nombre de Arturo, se iba a convertir en el compañero de mi vida. No lo encontré en la cocina ni en la sala, mire en el patio y tampoco estaba, era consciente que, estaba mojando el piso, pero no me importaba, ya se secaría solo. Me asomé al estudio y lo encontré en su escritorio, tecleando a toda prisa, cuando se concentraba la punta de su lengua se asomaba por entre sus labios y solía morderse el labio. No se dio cuenta de mi presencia, no hasta que entre por completo.–Sí hubiera sabido que te ibas a convertir en un obseso con el tr
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