Isabel Volver a vivir con un hombre era complicado y exquisito a la vez. Despertar en brazos del otro, dormir en la misma posición, ponernos de acuerdo quien entra al baño primero, o si entramos los dos al mismo tiempo cuando duramos más tiempo de la cuenta en la cama, tener que ir haciéndole espacio en el closet, en el baño, tener la conversación de que lado de la cama le toca a cada uno, pero sin duda, mi parte favorita era la hora del desayuno, tener a alguien con quien hacer planes para el resto del día, que él se ofreciera a llevarme al trabajo dos días a la semana, dos días me tocaba a mi manejar y llevarlo a él y el día que quedaba cada uno nos íbamos por separado, pues después de trabajo Daniel practicaba futbol, en varias ocasiones me presente allí sin decirle nada, solo para verlo jugar, Leia insistía en ir conmigo pues su padre se unió a esas p
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