Sergio Intenta pasar por su lado y evitar una confrontación, pero, me bloquea mi paso dos veces. Le miro a los ojos y él hace lo mismo antes de preguntar: —¿Tienes miedo de que hable?—No tengo nada que ocultar, estuve enamorado de ella mucho tiempo, estuve casado con ella y lo más importante, no hice nada con el fin de herirle. —La abandonaste Sergio, la usaste y la tiraste —grita y todos ponen su atención sobre nosotros. —No me estás intimidando, esta es la casa de Dios, a él es quién violentas. —me agarra del saco y grita en mi cara. —¡¿Tú que sabes de honor, lealtad o responsabilidad Sergio, si ni siquiera conoces el respeto!?—¡Usted pidió una anulación de mi matrimonio! —respiro profundo, y digo: —Rehice mi vida después de que anularan mi matrimonio, es la condición que me puso mi pareja y el favor que me pidió mi suegra, no hice nada malo. La cuidé todo el tiempo que pude y entiendo que esté en mucho dolor, pero, no es mi culpa. —Le recuerdo y sigo caminando.—No pudiste m
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