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Todos los capítulos de El corazón del candidato : Capítulo 121 - Capítulo 130
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Isabela
Isabela El día está empezando mal con esto del robo que no fue robo, el delincuente usando a mi suegra como rehén, yo iba a darle diez mil dólares a un delincuente en lugar de negociar o algo porque estaba nerviosa y mi futuro esposo ha sido noqueado por un adolescente de diecisiete años que está cansado de Sergio. El par de golpes son rápidos y contundentes, a nadie se le ocurre imaginar que Milo es capaz de soltarle un golpe a nadie que no sea a la defensiva; sin embargo, lo ha perdido con Sergio de forma definitiva. Mi novio no se recupera del primer golpe cuando el segundo le llega. Milena se agarra de mí sorprendida y Olimpia se cubre la boca ante de dar un zapatazo. Todos nos quedamos en silencio hasta que Sergio se desmaya y gritamos asustados porque es evidente que no es un golpecito, es un golpe potente. Drake y Bastian ven a Milo y a Sergio incrédulos. Su padre se arrodilla para ver si puede despertar a Sergio y su tía corre en busca de alcohol mientras Olivia viene a
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Isabela
IsabelaYo trato de dejarle llorar porque no quiero que esté herido todas las vidas, pero en este momento llorar es una forma de soltar todo ese dolor, esa decepción y el miedo que siente. Ya habrá tiempo de recordarle que no es un fraude, sino una persona más en busca de alcanzar su sueño más grande. La puerta de nuestra habitación se abre y Mily entra asustada. —Perdón. Pen... pensé... Pensé que le había pasado algo —dice y se queda mirándome mientras le froto la espalda a Sergio. Las dos nos asustamos cuando escuchamos un ruido raro salir de Sergio, él se pone en pie y Mily le mira asustada al igual que yo. Las dos le preguntamos si le duele el ojo que tiene evidentemente morado y él niega con la cabeza y sigue caminando por la habitación, ele va los brazos y se lleva la mano al pecho, Bastian y Milo se quedan junto al umbral de la puerta mientras Mily y yo intentamos hacer que se tranquilice. —¿Qué le pasa a Sergio? —pregunta Milo. —No sé, estaba llorando cuando entré, luego
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Isabela 
Isabela Un sueño de toda la vida no muere en una noche, eso es lo que tratamos de explicarle a mi prometido, pero no hay forma de hacer que escuche, pasamos todo un día hablándole, explicándole y tratando de decirle que todo está bien, incluso sus hermanos le han dicho que es evidente que se van a pelear en el futuro, pero esta es su vida, su historia. Yo intento evitar que le grite al mundo que va a dejar todo tirado, así que tras dejarle vestirse, lo he subido al auto como a un niño pequeño y conduje por la ciudad. Él no se entera de lo que estoy haciendo hasta que aparco frente a lo que parece un galerón. —¿Por qué vas vestida así y porque estamos aquí?—Voy a contarte una historia, voy a invitarte al mejor día de tu vida, en la noche voy a follarte como si fuese una actriz porno, pero, la decisión mañana por la mañana será tuya. Mi protegido me mira y sonríe. —Esto es por nosotros. Mira que motivada estás, nos estamos fugando en un día laboral y voy a tener sexo sucio —dic
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Sergio 
Sergio Mi novia y yo vamos a un mirador de la ciudad el cual es famoso por ser refrescante, lleno de luminosidad y tener una de las mejores vista de Mainvillage. Ella y yo comemos y conversamos tranquilos sobre nosotros y me quedo mirándole por varios minutos, en silencio, mientras, come y disfruta del lugar. El pelo se le ve brillante y los ojos se ven más azules, su piel es brillante y lleva una sonrisa de satisfacción que le hace lucir en par—¿Tengo algo... o...?—Estoy sorprendido por mi suerte. Gracias por lo que acabas de hacer, te amo tanto, nunca he tenido a alguien a quien ame, admire y respete de la forma en la que lo hago contigo y es falta que después de casi cinco años te diga cuan importante eres en mi vida, pero eres impresionantemente y te mereces mucho más que un bastardo inseguro como yo... —Sergio, puedo con una crisis al mes, ni se te ocurra romper conmigo.Me río, se me escapa una carcajada del alma porque hasta mi estupidez tiene límite. Le doy un beso a mi
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Sergio 
Sergio Nosotros nos vamos motivados a trabajar. Isabela conduce ahora hacia la sede de campaña. El transcurso es relajado, nosotros pasamos por muchísimo café porque planeamos ponerlos a todos a trabajar duro, hay que reorganizar de pies a cabeza si queremos ganar. Cuando entramos todos nos aplauden e isabela sonríe mientras dejamos en una mesa los cafés y toco la campana y todos sonríen. —Tenemos que trabajar duro, muco por ser los primeros por ganarnos cada voto, así que vamos a lograrlo, vamos a tocar puertas, ventanas, teléfonos. Vamos a abrir mentes y corazones hasta que tengamos cada uno de los votos de los mainvillanos. Rojas se acerca y nos da un informe de lo que están trabajando y conversando para ganar más votos, incluso durante las vacaciones. Isa y yo escuchamos con atención, pero es ella quien se entretiene en la reunión que está atendiendo su amiga. Isabela se va con las de marketing, publicidad y estadísticas, yo me voy con el equipo de comunicación y planificaci
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Isabela
Isabela Amarilis no es del tipo infiel. Siempre ha sido una mujer que está clara en lo que desea y con quién lo desea. Steve es un hombre que la ha amado con locura, pero como todas las relaciones si no lo cuidas y no intentas crecer cuando te das cuenta se destruye. Todo inició con un anillo de compromiso. La propuesta fue impresionante durante un crucero por el caribe, durante la segunda noche de viaje, mi amiga no podía estar más sorprendida. Después de ocho a los de relación ya no pensaba en casarse, estaba encantada con la idea de tener una vida juntos y para ella estaba bien, incluso cuando tenían que vivir en países diferentes, viajar mucho cuando estaban en el mismo país lo hacían funcionar, pero la duda se comenzó a sembrar en la cabeza de Steve, el cual se comprometió a casarse en ocho meses porque creía que eso iba a cambiar a Amarilis y ella es la persona más auténtica y testaruda, no va a cambiar por él ni por nadie. —Okay, Sergio no va a decir nada, pero suelta a Isa
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Sergio
Sergio Tras el drama de mi jefe de campaña y su prometido/esposo y su novio/ miprimo. Terminé de trabajar temprano en la presentación de la propuesta y decidí invitar a mi novia a una cena romántica. Isabela no parecía convencida, pero mis hermanos son excelentes persuadiendo gente. —Que sí, no pongas esa cara, van cenas se relajan y mañana le va todo bien. —Mejor practicas para la entrevista. —Llevo meses hablando con gente, ya sé qué decir y qué hacer. Vamos a cenar. —Sergio, acaban de enviar a matones a nuestra casa. Isabela tiene un excelente punto, pero hace demasiado tiempo no tenemos una cita decente, desde que perdió al bebé exactamente y siento que de todas las cosas y personas que puedo perder descuidar no quiero que sea una de ellas. El ejemplo más claro es el de amarilis, estuvo esperando por años a que una persona se aceptara y él probablemente estuvo construyendo una —Isabela, qué aburrida eres, tan guapa para ser tan formal. Mi novia mira a mis hermanos y me mi
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Sergio
Sergio Mi prometida sigue viendo el teléfono y esta vez va a su correo en el cual está etiquetada junto con el tribunal electoral. Mi teléfono suena y es Hilda quien llama. Isabela responde y le pide que por favor nos dé un par de minutos y la deja en espera.—Sergio, estás dejándolo todo. —No, estoy solicitando que tomen medidas, porque esto o es Westborn o es alguno de los otros dos candidatos. —Lo sé, pero, qué vas a lograr. —Quiero que lo retiren. El celular de Isabela suena y ella me muestra la pantalla, es Westborn, una llamada directa que evidentemente no es común. Yo me disculpo con Hilda y le explico que Westborn está en la otra línea, ella me pide devolverle la llamada en cuanto termine con él. —Buenas noches—Saluda. —Isabela, escuché que han sido asaltados por segunda vez en menos de una semana y quería ofrecerles mayor seguridad a ustedes como a los otros candidatos. —¿Para demostrar que no es usted?—pregunto él se ríe. —Estoy muy viejo para esto, pero tengo moral.
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Isabela
Isabela Sonrío y decido que Sergio no necesita escuchar de mi boca quién es el próximo en retirarse, pero su rostro no puede ocultar la molestia, le doy un beso en los labios y le paso las manos por los hombros. Sergio me sienta sobre su regazo e intento separarme, pero me toma de la cabeza y me besa. Sergio se asegura de rozarse contra mí. Siento una de sus manos al rededor de mi nuca y la otra me sostiene desde la cintura, de igual manera logra que me separe. —Esto es totalmente inapropiado. —Lo sé, pero qué más da—responde mientras, mete las manos debajo de mi blusa. —¿Por qué quieres tener sexo, porque te pongo o porque estás intentando evadir la ansiedad? —Las dos—responde y me besa en el cuello. Alguien toca la puerta. —¿Sergei, quieres un grilled cheese sándwich?—Sí. —¿Isa, tú? —Sí. —Con carne o sin carne. Me pongo en pie y Sergio se sienta en la silla de cabecera. Dejo que se acomode y le da un sorbo a la raza de café. Voy a abrirle la puerta a su hermana la cual a
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Isabela
Su papá se enchila y todos ríen. Olivia les regaña por no avisarle. Sonrío ante la dinámica familiar y siento que el queso o los chicos contando historias sin importancia sobre el colegio, la gente haciendo cartas para cambiarse de color el cabello. De verdad, que me sacan del montón de estrés. Para Milo simplemente hay colores que nunca deben estar en la cabeza y para Sebastian si eres pelinegro y te tiñes rubio, las cejas también tienen que ser teñidas, sus papás no aguantan la risa porque nadie pensaría que tres adolescentes puedan estar incómodos porque la gente se tiña de azul. Sergio no dice nada y Bastian y Milo le obligan a hablar. —Bueno, estoy a favor, cuando veo a alguien con el pelo verde o rosado pienso... “Esos no son los colores de dios” —sus papás ríen. —y al rato me ubico en que todos tenemos derecho a ser diferentes. —Tenemos hijos Snobs y eso es tu culpa—se queja Olivia, los veo sonreír y él le da un beso y ella sonríe. Poco después los chicos proponen una pelí
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