Sebastian se queda en silencio. Está decepcionado y confundido, como todos nosotros. Él se cubre el rostro y su hermano mayor viene a reconfortarle, Sebastian se mueve y con un gesto de la mano pide un minuto, un solo minuto. Milo quien nos sorprende. —Yo no me voy—Grita Milo y las cámaras le apuntan. —Nadie que sufre abuso físico o sexual merece ir al psiquiatra y menos a la cárcel. Es el agresor, el pueblo machista, esta ciudad que nos enseña a decirles a nuestras mujeres, a nuestras hermanas, “ven no sales sola”, “ponte algo más largo”. Se acabó, esto se acaba hoy. Esto tiene que dejar de ignorarse, necesita dejar de ser un secreto o de calificarse como mentira. El sistema nos falla a veces y los papás cometen el error de subestimarnos y hasta de no creernos. Ahora les pido a todos los que han sido víctimas de abuso sexual, físico, psicológico, abusos domésticos, por favor, alcen la voz y cuenten sus historias #Mainvillagelibredeviolencia porque no pasa solamente en casa de Sa
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