— Aqui encontréSentada en el taburete del baño, Ivana observaba a la famosa Nikki a través del reflejo del gran espejo. Alta, esbelta, piel chocolate, cabello que llegaba hasta los hombros, la mafiosa tenía presencia y un aura poderosa. Era rebelde y parecía no tenerle miedo a casi nada. Ivana no podía ocultar su fascinación por esta mujer guerrera que se paraba detrás de ella armada con un peine y unas tijeras.—Intentaré arreglarlo, no te muevas.Ivana levantó la cabeza erguida, juntando las manos en el regazo.—¿Así que estabas en la clase de nuestro querido Sergei?Por supuesto que se había preparado para ello. El interrogatorio acababa de comenzar y no sabía cuándo terminaría.— Sí.—Interesante, —dijo, alisándose el pelo. ¿Te dijo lo que
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