Sergei apuntó su silenciador a la pared y disparó al cartel por segunda vez. Con fama de ser un falso calmado, un hombre deliberadamente impasible, para ocultar sus verdaderas intenciones, hoy su paciencia comenzó a resquebrajarse a medida que avanzaban las entrevistas."Terminarás golpeando la cabeza de alguien si no tienes cuidado", advirtió Jared.“Ese pensamiento cruzó por mi mente”, respondió, sentándose en la silla de cuero."Maldita sea, realmente debo amarte por entrar allí", suspiró Jared, quitándose la corbata.Sergei giró su asiento en su dirección, levantando una ceja.- Qué ? ¿No te parece emocionante ser la mano derecha del director? No es tan diferente de tu vida diaria a mi lado.- A cazar a nuestros enemigos, arma en mano, y ahí me encuentro armado con una pluma.Sergei sonrió casi burlona
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