Raphael abandonó sus sombríos pensamientos que, sin embargo, lo alegraban y la dirigió hacia la puerta de su apartamento. Esperaba no haberlo disgustado demasiado, es más, saludó su valentía por no haberse acobardado ante su escalofriante relato.- Espero que el aire fresco te haya hecho bien.- Un poco sí, pero prefiero estar aquí. Le confió, evitando su mirada.Era la primera vez que alguien deseaba más que nada quedarse en este apartamento sórdido, impersonal y vacío de muebles. Incluso mirándolo, Raphael hizo una mueca de disgusto. Si le gustaba este lugar era solo para disfrutar de la calma, para poder limpiar sus armas, solo, sentado en su sofá, sumido en la oscuridad.- ¿Rafael? Lo llamó, sacándolo de sus pensamientos.- ¿Mmm?Cuando encontró su mirada, se sorprendió al ver preocupación allí.- Cuando esté completamente curada, ¿adónde iré? Vas a ir a mí... bueno quiero decir que vas a querer encontrar tú...- Basta... murmuró con voz dulce, mirándola de reojo.Ella se echó hac
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