(Samara, Rusia) — ¡No pudo habérsela tragado la tierra, quiero que la encuentren, buscad en casas de los familiares, tanto de su madre como de su padre y la quiero aquí, de lo contrario estáis despedidos! —Petrov estaba como loco gritando a sus secuaces porque no pudieron dar con el paradero de su prometida, porque sí, aunque no lleve su anillo aún, ella era su prometida, siempre lo había sido, incluso desde antes de nacer, él solo estaba esperando el tiempo justo, así como también divorciarse de la que, hasta hace poco fue su mujer, a quien despachó con una mano delante y otra detrás, porque no había nada que llevarse todo su dinero y bienes estaban a nombre de empresas fantasmas, así que ante la justicia y los divorcios él era un hombre insolvente, no tenía nada que ofrecer, ni co
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