18 Está embarazada.
A Marino le pareció extraño que la droga le hubiera causado tal efecto a Silvia, le dio la impresión que era la primera vez que la consumía. Concluyó que tal vez tenía tiempo sin usarla. Ella se reía y la mirada la tenía pérdida. El hombre la deseaba, observó su cuerpo casi desnudo y se pasó la lengua por su labio inferior. —Mi muñeca, siempre me has encantado, pero hoy no sé qué tienes, te ves tan distinta, tan fresca. Ella se carcajeó, él creyó que se sentía complacida con sus palabras, pero la verdad era que la droga la había privado de su sano juicio. En volvió a besar su cuello y tocó sus piernas. El hombre no escatimó en acariciarla como lo deseaba. Pero en medio del acto ella perdió el conocimiento, Marino se percató de ello, vio que estaba muy pálida y le tocó la cara. —Silvia, ¿qué te sucede? —Ella no respondió, él notó que su respiración era débil, se quitó de encima de ella, se levantó y se puso la bata. Luego tomó el celular y le m
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