55. LOS SECRETOS SON VENENO QUE MATA.
ANA. —Hija, no tienes porqué irte. —Madre, tengo que irme, porque mi destino no está junto a ustedes, debo seguir mi propio camino. —Lo sé y quiero que sepas que estoy muy orgullosa de ti, lamento mucho no haber estado contigo cuando más me necesitaste, pero nunca fui una buena madre con ninguno. Siempre he apoyado a tu padre como si nada más existiera y hoy…—No debes sentirte mal por eso, somos fuertes y estamos bien.—No, no lo están, mi hijo es prácticamente un paria, por que a tu padre no le gusta su pareja. Tampoco está feliz con la persona que decidiste amar y Stehpen, mi pobre hijo, ni siquiera sé qué es lo que realmente lo hace feliz —veo la tristeza claramente en sus ojos. —Madre, a veces tomamos malas decisiones y estoy segura que ni yo, ni mis hermanos te juzgamos o desaprobamos tu r
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