Nicole muy en su interior quería pensar que eran ciertas las palabras de Bryce, y que ahora la veía distinto, que no le gustaba simplemente como mujer, porque le parecía atractiva y punto. Porque si llegaba a ser cierto que él podía enamorarse de ella, como ella creía estar enamorándose, de él, las cosas serían muy distintas. Sin embargo, un soltero multimillonario, con tantas mujeres detrás, no sufría de esa enfermedad llamada “Amor”. Si la deseaba, lo mejor que podía pasar era que ambos se quitaran las ganas y luego hacer de cuenta que sufrían de amnesia. Esta vez fue ella la que se abalanzó sobre él y lo besó, mandando al diablo, todas sus razones por la que no debería hacerlo, al diablo.Bryce al principio estaba sorprendido, pero luego tomó la delicada nuca de ella, y la acercó más, para profundizar el beso.
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