—¿Qué haces aquí? — Matthew le señaló la puerta con la cabeza, Samantha suspiró derrotada, estaba cansada físicamente y mentalmente para pelear, en cuanto abrió la puerta, Matthew en un rápido movimiento la arrincono contra la pared. —Eres mía, no puedes casarte. — sin dejarla a responder la besó, fue un beso lleno de rabia y de pasión, Samantha aunque al principio se resistió no pudo seguir ocultando las ganas que tenía de besarlo. — Tus besos no mienten, no puedes dejarme, no puedes. —Samantha lloró sin poder contener más el dolor. —Eres un mentiroso, eres cruel, solo me has usado. — ¿Le crees a él y no en mí? —Creo en lo que vi, deja de mentir, de engañarme, no lo merezco Matthew, te entregué todo de mi. — Matth
Leer más