—¿Lo hice bien señora? — Sabrina preguntó algo nerviosa a Jasmine, que observaba la dirección en la que se había ido su hijo.
—Si, ya tienes el dinero puedes marcharte.
—Quisiera ver a Micah —Jasmine la miró de mala manera.
—Mira niña estúpida, vas a agarrar el dinero que te he dado y te vas a marchar ahora y no vas a volver nunca, y espero que tu actuación sirva para que la muy zorra que acaba de entrar acepte casarse con mi hijo, porque de lo contrario estarás en problemas.
Sabrina tuvo miedo de esa mujer, por lo que sin decir ni una palabra salió de ahí, esa señora siempre había sido cruel, ella siempre estuvo enamorada de Micah, y él de ella, pero a esa mujer nunca le gustó que se acercarán a su amado hijo, Micah había sufrido el que yo lo dejara, y al final se convirt
Matthew llegó hasta el parking y escuchó a Sabrina.—Suelteme señora, yo no he hecho nada.—No, ¿Qué tanto hablabas con mi hijo maldita zorra?—Sólo quería saber, porque había hecho lo hice y deje de decirme así, porque yo no soy ninguna zorra, ni una cualquiera, o cualquier insulto que usted tenga contra mí, yo en realidad amo a Micah, y si no hubiera sido por usted estaríamos juntos, y no se hubiera el hombre que es.—Mira estúpida, con sólo que truene mis dedos, dejas de respirar así que déjate de rodeos y dime de una maldita vez, que has hablado con mi hijo.—¿Por qué mejor no me lo preguntas a mí mamá? Sería mucho mejor, ¿no crees? —Matthew decidió intervenir, al escuchar a su madre hablar en ese tono el cual nunca había
—¿En serio lo harás? — Micah estaba a punto de brincar de la felicidad.—Sí — Micah la jaló suavemente del brazo y la abrazó.—Gracias, te juro que seré el mejor esposo del mundo, y que te haré muy feliz lo que me quede de vida. — Samantha le sonrió, pero sin alegría alguna, sabía que estaba cometiendo el peor error de su vida, pero ella había hecho algo que no debía.—Sé que serás un gran marido... — unos golpes en la puerta interrumpieron a Samantha, Micah en ningún momento la soltó.—Adelante — dijo feliz de que todo le estuviera saliendo como debía. La puerta se abrió, dejando ver a Jasmine asomando solo su cabeza.—¿Se puede pasar? — dijo aún molesta por todo lo que había pasado.&mdash
—¿Qué haces aquí? — Matthew le señaló la puerta con la cabeza, Samantha suspiró derrotada, estaba cansada físicamente y mentalmente para pelear, en cuanto abrió la puerta, Matthew en un rápido movimiento la arrincono contra la pared.—Eres mía, no puedes casarte. — sin dejarla a responder la besó, fue un beso lleno de rabia y de pasión, Samantha aunque al principio se resistió no pudo seguir ocultando las ganas que tenía de besarlo. — Tus besos no mienten, no puedes dejarme, no puedes. —Samantha lloró sin poder contener más el dolor.—Eres un mentiroso, eres cruel, solo me has usado.— ¿Le crees a él y no en mí?—Creo en lo que vi, deja de mentir, de engañarme, no lo merezco Matthew, te entregué todo de mi. — Matth
Samantha buscó su celular para dos cosas, la primera para ver si Matthew le había mandado algo mientras hablaba con su mamá y la segunda para enviarle un mensaje a Micah.Al ver que no había nada se sintió pésimo, ¿porque no había dado señales de vida? ¿De verdad estaba jugando con ella? No, algo le decía que no era así. Suspiró resignada y le envió el mensaje a Micah.—"¿Cómo sabes mi dirección" — no pasaron ni 2 minutos cuando recibió una respuesta.—Porque todo lo que tiene que ver contigo me importa, recuerda que te amo, y que vayas hacer mi esposa me hace el hombre más feliz del mundo, aunque sea por poco tiempo. — ella no supo qué contestarle, por eso decidió cortar de una vez la conversación.—Buenas noches, nos vemos mañana y gracias po
Samantha empezó asustarse, el camino seguía, trató de abrir las puertas y tenían seguro y el maldito botón que abría la ventana del conductor estaba roto ¿que casualidad no?—¿Dónde diablos me lleva? Haga el favor de detenerse ahora mismo — gritó desesperada, y lágrimas empezaron a salir de sus ojos, no quería morir, a su vista un bosque empezó aparecer.—Voy a morir, voy a morir, me van a matar y a enterrar mi cuerpo en algún lugar del bosque — decía en voz alta en medio de sollozos, y para su desgracia su celular había quedado con sus cosas, las cuales se suponía que llegaría alguien por ellas en la tarde.—No me puede pasar esto, Matt, no pude verlo por última vez — dobló sus pies y los pegó a sus pecho, sus zapatos altos ya se los había quitado tratando
—¡Maldita sea!, ¿cómo es posible que haya desaparecido así como así? — Micah estaba a punto de comer una estupidez.—Te dije que esa maldita mujer no iba a cumplir su problema — la mirada de odio que le dio su hijo la hizo cerrar la boca.—Por si no has visto bien el video, porque creo que ya estás ciega, se ve claramente dónde Samantha sale vestida de novia y se sube en la maldita limusina, a ella se la llevaron — Micah se queda un momento en silencio y luego golpea la mesa que está delante de él. — maldita sea, Matthew, él se la llevó.—¿Cómo estás tan seguro?, Matthew tiene dos días de no reportarse.—¿A quién más le va interesar llevarse a Samantha?—Tal vez la querían muerta — Micah achicó los ojos en direcci&oac
Matthew recogió a Alice y a sus sobrinos en la casa de su madre y por el lado de atrás, no era tanto y ya Sabrina le había dicho que Micah los estaba vigilando, y sabía que era cierto, lo bueno de todo era que Alice no había salido de la casa de su madre, desde el día de la cena, al parecer ella ha estado muy nerviosa desde que supo que Micah estaba de nuevo en su ciudad.—¿Crees que de verdad sea seguro? — Alice miraba hacia todos lados, Matthew entendía su miedo, por lo que agarró sus manos y sonrió.—Cariño, recuerda que para él estás muerta, así que no te preocupes, ahora debo llamar a Nathaniel, y ver si ha seguido el plan. — Matt sacó su nuevo celular, con nueva línea y llamó a su hermano que en el primer tono contestó.—Matt — dijo algo agitado.—¿Qu&ea
Su beso se hizo más apasionado, más agresivo, las manos de Matt no se quedaban quietas, recorría el cuerpo de Samantha sin importarle que estuviera en pleno jardín.—Te deseo tanto cariño — dijo apenas cortando el beso, para luego volverla a besar, Samantha jadeo al sentir su dureza pagar en su vientre, con su mano Samantha lo separó un poco, para poder respirar y hablar.—Yo también, yo también — Samantha estaba deseosa de sentirlo.—Vamos a nuestra habitación. — Samantha lo vio sin comprender —¿acaso no te diste cuenta cuando te cambiaste de ropa, que había de hombre también? — ella se sonrojó y negó con su cabeza.— En mi defensa, estaba muy preocupada como para ponerle atención a un ropero gigante — Matthew rió con ganas, para luego besar su fre