Luca casi no había podido dormir de lo nervioso que se encontraba, a las 5 am ya se encontraba despierto y listo para irse a la operación, pero como todavía era muy temprano, decidió hacer lo que hacía una vez a la semana desde que ella se fue, a la seguridad y calidez de su estudio, dónde buscó una hoja en blanco y su bolígrafo y con un suspiro empezó a escribir. Hola amor, sabes esta es la octava carta que te hago, dónde te cuento lo más importante que he hecho durante toda semana y una de esas cosas es pensarte, te extraño tanto cariño, tu piel, tu olor, su sabor, te extraño que duele, pero se que todo esto lo merezco, porque he sido un imbécil y un cobarde, pero, ¿sabes? Eso ha hecho que abra los ojos, y que comprendiera cuán importante es amarme, tener confianza en uno mismo, toda esa seguridad que ocupaba nuestra relación y yo no te lo di,
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