Antonella: Tuve que controlarme y fingir molestia para que sienta lo que es que te dejen botada. Además, que por más que le diga que lo quiero, que estoy enamorada, que lo amo y hasta sedo a sus pedidos a que cuando estemos en la intimidad admita que es el amo y señor de mi cuerpo de un momento a otro no importa. Me coloco mi pijama y encima una casaca junto a un pantalón, está haciendo frío. Abro la carpa, él está sentado en la arena encendiendo la fogata. Voy y me siento a su costado para ver el cielo estrellado, no es muy diferente al de la hacienda, esta es una de las cosas que me gustaba de mi trabajo. —Que bonito está el cielo.— Comento. —Ya no volvería pedirte aquello.— Está triste. —No me molesta decirte amo Giancarlo, sino el hecho que dudes. Eso es lo que siento, c
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