Cap. 58: Perdón
Lucía se para frente a la puerta del apartamento de Sebastián sin atreverse a llamar a la puerta, de hecho ni siquiera está segura de la razón por la que está allí, o en realidad sí, dada las circunstancias cada vez mas desfavorables en su vida, ha sentido la gran necesidad de acudir a quien siempre ha sido incondicional con ella. Durante tanto tiempo creyó que era independiente, que podía valerse por sí misma, que terminó creyéndose su propia mentira, y no se dio cuenta que dependía completamente de Sebastián, del que él no solo era su socio, sino su sostén.—Pero no puedo entrar y decirle eso como si nada hubiese pasado, y la verdad es que no tengo las agallas para aceptarlo del todo, pensar que he tenido que llegar hasta este punto para darme cuenta de lo mucho que significa para mí —murmura la empresaria alejándose de la puerta me
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