Siempre le he pasado el seguro a la puerta desde que estoy en este sitio. He dado por sentado que los hombres de Ahmed Hassim son fieles a la causa que les une. Cada uno de ellos, tiene una historia atada al cuello, una historia relacionada con las personas que ha amado, las chicas de su casa: madre, hijas, hermanas, sobrinas, amigas, esposas o prometidas; personas que jamás volvieron a ver de la noche a la mañana por qué un tipo malo se las llevó consigo. En ocasiones, ese secuestrador no ha tenido nombre o rostro conocido; otras veces sí. Pero, igual, le han perdido el rastro en el mercado de esclavos. Cada uno de los hombres de que vive en esta mansión está unido al resto del equipo por el dolor, por una carga pesada que llegan al alma, el vacío que ha dejado lo que ha perdido. Sin embargo, tal vez esta ecuación no esté demasiado clara. Quizás, algunos de ellos, tengan sentimientos encontrados y se dejen llevar por las pasiones masculinas. Hay muy pocas mujeres en esta casa y demas
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