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Todos los capítulos de El hombre de esa noche.: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Si alguien, hace dos meses, me hubiese dicho que li vida sería como lo es ahora mismo, me hubiera reído de esa persona y le hubiera gritado que por supuesto que está loco, que lo que dice es impensable. ¿MAXINE HARPER EMBARAZADA? Maxine siempre usa condón, ¿Maxine embarazada de un hombre prácticamente desconocido? Maxine es cuidadosa, no se va a un hotel con cualquiera. ¿Maxine traicionando a su mejor amiga? Maxine ama mucho a Hannah, ella no podría hacerle daño a la única persona que la ha querido desde siempre. Mi realidad, mi presente es tan extraño, ni yo misma me lo puedo creer y mucho menos que ahora mismo tenga a un hombre alto, guapo, de piel blanca, de ojos bellísimos y de cabello perfecto, enfrente de mí pidiéndome que lo deje mantenerme a mí y a mi bebé. Si yo fuera otra persona, sentiría que esto es una broma, una teatro, una novela, pero no una realidad.No me sale ni una sola palabra de la boca, no sé que diablos responder a una propuesta tan extraña y fuera de lugar. P
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30
Sebastian a dicho que no hay nadie en casa de los Parker, que todos han ido a un día de paseo como la futura familia que son. Ojalá hubiera podido ir, pero mi situación no me deja andar mucho. La misma doctora canosa y tierna que me atendió, me dijo que si realmente quiero preservar a este bebé conmigo, debo de cuidarme mucho. Debo de ser cuidadosa con lo que hago y de como me afectan cosas externas que pudieran hacerme sentir emociones muy fuertes. No pretendo discutir con nadie, ni siquiera con Max, pretendo evitarlo a como de lugar, no puedo saber, no puede ni sospechar de mi estado de salud. —Toma cariño— Jules entra por la puerta con una bandeja llena de comida, más de lo normal. Esa bandeja tiene muchas cosas, huevo, frutas, pan, jugos y... dulces, postres y finalmente la tarta de zarzamora. —Tus cosas favoritas, mi niña.—Jules...— susurro al borde del llanto, ahora entiendo mi estado de ánimo, también entiendo porque lloré tanto por la noticia de Hann.— No te hubieras molesta
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31
Despierto llena de sudor, con el corazón latiendome de una forma desenfrenada, apenas y puedo respirar con normalidad. Todo alrededor de mí se ve distorsionado, no puedo ver con claridad las cosas que me rodean, ni tampoco distingo en donde estoy. He tenido una verdadera pesadilla. La boca la tengo completamente seca, está más seca que un maldito desierto. Intento recordar que es lo que soñé que me hizo despertar de esta forma tan abrupta. Me duele el corazón por la forma tan desbocada en la que late, siento como si en cualquier momento se fuese a quedar quieto para siempre. Me levanto con una lentitud extrema, busco no hacer movimientos tan rápidos, ni bruscos, para evitar que bebé pueda ser dañado de alguna forma. Me coloco mis sandalias y camino hacia la puerta, por la ventana me doy cuenta de que no todavía es de día, pero no busco saber la hora, no quiero saber cuanto tiempo me llevo soñar aquello que me exaltó. Solo recuerdo que fue un sueño de mierda que me hizo gritar y sufri
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—Últimamente estas de muy mal humor— responde, mi comentario no ha sido agresivo, ha sido justo.— Sé que prometí, sé que lo hablamos, sé que dije que ya no te molestaría, pero... es que.—Por favor, ya basta, ya déjalo Max. Gracias al cielo, no estoy enamorada de ti, no te necesito, solo fuiste un hombre que me dio un par de días de atención y ya, por eso es que debes de dejarme en paz. No es tan difícil, si no lo es para mí, mucho menos para ti, quiero a mi amiga, quiero que sea feliz y gracias a ti, siento que eso no se podrá. —Estoy consiente de lo que hay entre nosotros, pero no puedes fingir que no hay ni un solo sentimiento de por medio. Para mí no es fácil, Maxine, que para ti lo sea es diferente. —Dice de mal humor, mete las manis en los bolsillos de su pantalón, ese gesto se me hace lindo y muy sensual.— Dame tiempo, dame un par de días, por favor.—¿Un par de días? ¿Para qué necesitas tiempo, Max?— me abrazo a mí misma, de repente me siento pequeñita e inofensiva. —No me ob
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Entro a mi habitación como alma que lleva el diablo, desesperada por tomar todas mis cosas y simplemente irme a casa. No quiero ssber nada de nadie a partir de hoy, tampoco quiero estar en este lugar cuando el sepa la verdad y se de cuenta de que me he marchado, porque ese puede ser el final de mi amistad con los Parker y el comienzo del odio por parte de ellos mismos. No les temo, peronloz quiero, no me gustaría alejarme de ellos, ellos son mi familia, Jules es como mi abuela, ella me cuida y me quiere, hacerles eso es como clavarle a casa uno de ellos un cuchillo afilado en el corazón y ver como se desangran significaría quedarme. No puedo estar aquí cuando eso suceda. Guardo cada una de mis pertenencias en la maleta, no importa si están acomodadas o no, simplemente las tomo y las aviento dentro, caen y se mezclan, pero eso es lo que menos me importa. Lo que quiero es simplemente irme, él no puede econtrame.—Lo siento Hannah, pero esto a sobrepasado mis límites. Duele tanto saber
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Dos semanas antes de conocer a Maxine...Entro a la oficina de mi padre de muy humor, últimamente todos aquí se han convertido en expertos en sacarme de mis casillas, nadie puede hacer las cosas bien. Todos aquí parecen ser unos incompetentes.—Padre— saludo, cierro la puerta detrás de mí y camino hasta la silla que está enfrente de su escritorio. Espero no tardar mucho tiempo aquí, es molesto perder mi valioso tiempo.— ¿Para qué me llamaste?—Siéntate hijo, debemos de hablar de negocios— frunzo el ceño, ya lo hacemos todos los días, siempre le reporto todo sobre nuestras finanzas, los números suben y suben de una forma descontrolada, él sabe eso. Nos está yendo bastante bien, no entiendo que es lo que necesitamos hablar. —¿De qué? ¿Necesitas algún reporte nuevo o algo?— me siento y espero a que mi padre me responda, pero se queda callado, mirándome. —¿Te acuerdas de los amigos de tu madre?—Mamá tiene muchos, papá, así que te agradecería que fueras más específico. —Miro el reloj en
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Me estaciono enfrente del hotel de la tal Hannah, le llamé y me dio la dirección. Ella al parecer está de acuerdo con nuestra cita a ciegas, no se comportó grosera, ni mucho menos, fue bastante amable. Creo que esto es una señal, todo está yendo bastante bien, quizás ella y yo en serio podríamos tener algo especial. Salgo del auto, soy un caballero, por lo que voy a esperarla fuera, listo para abrirle la puerta y esperar a que entre, cosas que hacemos para vernos como el hombre perfecto. Detrás de los grandes cristales del hotel, aparece una silueta esbelta, alargada y curvilínea. Creo que es ella, entre más se acerca, más puedo distinguir los detalles de su ropa y su cabello, tiene el cabello rubio o al menos eso pienso que es. Lo lleva perfectamente peinando y no se por qué, pero siento que huele a vainilla. Lleva puesto un conjunto de dos piezas de color rosa pastel, parece ser ropa cara por lo que supongo que realmente le costaría mucho desprenderse de esod lujos, yo le puedo dar
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Llego a casa antes de las ocho de la noche, decidí que dejar a Hannah en su hotel a esa hora hablaría muy bien de mí. Entregar a la chica a una hora adecuada siempre es bien visto por sus padres, eso ya lo tengo claro, aunque la situación dice que no importa que haga, ella de todas formas va buscar pa forma de casarse conmigo. Necesité solo unas horas para darme cuenta de que es alguien muy animada, no habla mucho sobre ella como persona, sino de sus privilegios por lo que eso me hace sentir que realmente le preocupa quedarse sin dinero. Básicamente es una niña de papi, le han dado todo en esta vida, caballos, viajes, ropa, clases de música y canto y los autos que ella ha pedido. Es obvio que una vida sin eso será demasiado difícil para ella. Pero a pesar de que es amiga de mamá y a pesar de que tengo una buena voluntad, no dejaré que pueda salirse con la suya. Desde hoy prepararé un contrato prematrimonial, será perfecto para esto. Establecere que ayudaré a la empresa de sus padres a
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Hannah se ha ido a casa, no al hotel, sino a su casa en Tehachapi. Era un adolescente cuando visitaba el lugar con mi familia, no recuerdo mucho, solo recuerdo a Juliette, la mamá de la que hoy se supone que podría llegar a ser mi esposa. Es una mujer muy dulce, no tiene mucho en común con mi madre. Por eso es que a veces pienso en su relación de amigas, son polos apuestos. Mi perspectiva sobre Hannah sigue siendo la misma de hace dos tres días, es una chica caprichosa y muy guapa con la que me planteo si verdaderamente puedo llegar a congeniar. No es difícil de complacer, pues le gustan los perros, las aves y los macarrones. Eso es lo que me dijo ayer, además de que su tarta favorita es la de manzana y que probablemente el lugar que más le guste en el mundo es Hawái. Mi animal favorito por supuesto que no es el perro, no me gustan las aves proque son ruidosas y no las puedes controlar por la mañanas ni tampoco me gustan los macarrones, pero a pesar de todo eso que no compartimos, si
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Pienso y pienso y sigo creyendo que esto es una muy mala idea propuesta, que por supuesto fue propuesta por Sebastian, el hombre más fiestero del universo y al que no le importa nada en este mundo, solo quiere pasarla bien pisando las convicciones de sus amigos. Reviso mi reloj, son las ocho de la noche y ya vamos por el segundo bar al que visitamos. Sebastian armó una ruta de bares y antros a los que debíamos de ir para probar sus mejores bebidas, pero desgraciadamente siento que estoy al punto del colapso. Me han hecho beber demasiado. —Uno más, amigo— me toman de la cabeza y alguien vierte en mi boca la bebida fría y lastimosa, pasa por mi garganta dejando un ardor.— Otro, otro— no tengo tiempo de decir que no ni tampoco de evitarlo, solo siento la caída del líquido en mi garganta. —Carajo —susurro en cuanto al fin me sueltan.— Ya no, Sebastian, ya hay que irnos— miro a mis amigos, ellos están felices, ríen y beben contentos, soy el amigo que arruina todo. Tomo otro tequila y me
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