Entro a mi habitación como alma que lleva el diablo, desesperada por tomar todas mis cosas y simplemente irme a casa. No quiero ssber nada de nadie a partir de hoy, tampoco quiero estar en este lugar cuando el sepa la verdad y se de cuenta de que me he marchado, porque ese puede ser el final de mi amistad con los Parker y el comienzo del odio por parte de ellos mismos. No les temo, peronloz quiero, no me gustaría alejarme de ellos, ellos son mi familia, Jules es como mi abuela, ella me cuida y me quiere, hacerles eso es como clavarle a casa uno de ellos un cuchillo afilado en el corazón y ver como se desangran significaría quedarme. No puedo estar aquí cuando eso suceda. Guardo cada una de mis pertenencias en la maleta, no importa si están acomodadas o no, simplemente las tomo y las aviento dentro, caen y se mezclan, pero eso es lo que menos me importa. Lo que quiero es simplemente irme, él no puede econtrame.—Lo siento Hannah, pero esto a sobrepasado mis límites. Duele tanto saber
Dos semanas antes de conocer a Maxine...Entro a la oficina de mi padre de muy humor, últimamente todos aquí se han convertido en expertos en sacarme de mis casillas, nadie puede hacer las cosas bien. Todos aquí parecen ser unos incompetentes.—Padre— saludo, cierro la puerta detrás de mí y camino hasta la silla que está enfrente de su escritorio. Espero no tardar mucho tiempo aquí, es molesto perder mi valioso tiempo.— ¿Para qué me llamaste?—Siéntate hijo, debemos de hablar de negocios— frunzo el ceño, ya lo hacemos todos los días, siempre le reporto todo sobre nuestras finanzas, los números suben y suben de una forma descontrolada, él sabe eso. Nos está yendo bastante bien, no entiendo que es lo que necesitamos hablar. —¿De qué? ¿Necesitas algún reporte nuevo o algo?— me siento y espero a que mi padre me responda, pero se queda callado, mirándome. —¿Te acuerdas de los amigos de tu madre?—Mamá tiene muchos, papá, así que te agradecería que fueras más específico. —Miro el reloj en
Me estaciono enfrente del hotel de la tal Hannah, le llamé y me dio la dirección. Ella al parecer está de acuerdo con nuestra cita a ciegas, no se comportó grosera, ni mucho menos, fue bastante amable. Creo que esto es una señal, todo está yendo bastante bien, quizás ella y yo en serio podríamos tener algo especial. Salgo del auto, soy un caballero, por lo que voy a esperarla fuera, listo para abrirle la puerta y esperar a que entre, cosas que hacemos para vernos como el hombre perfecto. Detrás de los grandes cristales del hotel, aparece una silueta esbelta, alargada y curvilínea. Creo que es ella, entre más se acerca, más puedo distinguir los detalles de su ropa y su cabello, tiene el cabello rubio o al menos eso pienso que es. Lo lleva perfectamente peinando y no se por qué, pero siento que huele a vainilla. Lleva puesto un conjunto de dos piezas de color rosa pastel, parece ser ropa cara por lo que supongo que realmente le costaría mucho desprenderse de esod lujos, yo le puedo dar
Llego a casa antes de las ocho de la noche, decidí que dejar a Hannah en su hotel a esa hora hablaría muy bien de mí. Entregar a la chica a una hora adecuada siempre es bien visto por sus padres, eso ya lo tengo claro, aunque la situación dice que no importa que haga, ella de todas formas va buscar pa forma de casarse conmigo. Necesité solo unas horas para darme cuenta de que es alguien muy animada, no habla mucho sobre ella como persona, sino de sus privilegios por lo que eso me hace sentir que realmente le preocupa quedarse sin dinero. Básicamente es una niña de papi, le han dado todo en esta vida, caballos, viajes, ropa, clases de música y canto y los autos que ella ha pedido. Es obvio que una vida sin eso será demasiado difícil para ella. Pero a pesar de que es amiga de mamá y a pesar de que tengo una buena voluntad, no dejaré que pueda salirse con la suya. Desde hoy prepararé un contrato prematrimonial, será perfecto para esto. Establecere que ayudaré a la empresa de sus padres a
Hannah se ha ido a casa, no al hotel, sino a su casa en Tehachapi. Era un adolescente cuando visitaba el lugar con mi familia, no recuerdo mucho, solo recuerdo a Juliette, la mamá de la que hoy se supone que podría llegar a ser mi esposa. Es una mujer muy dulce, no tiene mucho en común con mi madre. Por eso es que a veces pienso en su relación de amigas, son polos apuestos. Mi perspectiva sobre Hannah sigue siendo la misma de hace dos tres días, es una chica caprichosa y muy guapa con la que me planteo si verdaderamente puedo llegar a congeniar. No es difícil de complacer, pues le gustan los perros, las aves y los macarrones. Eso es lo que me dijo ayer, además de que su tarta favorita es la de manzana y que probablemente el lugar que más le guste en el mundo es Hawái. Mi animal favorito por supuesto que no es el perro, no me gustan las aves proque son ruidosas y no las puedes controlar por la mañanas ni tampoco me gustan los macarrones, pero a pesar de todo eso que no compartimos, si
Pienso y pienso y sigo creyendo que esto es una muy mala idea propuesta, que por supuesto fue propuesta por Sebastian, el hombre más fiestero del universo y al que no le importa nada en este mundo, solo quiere pasarla bien pisando las convicciones de sus amigos. Reviso mi reloj, son las ocho de la noche y ya vamos por el segundo bar al que visitamos. Sebastian armó una ruta de bares y antros a los que debíamos de ir para probar sus mejores bebidas, pero desgraciadamente siento que estoy al punto del colapso. Me han hecho beber demasiado. —Uno más, amigo— me toman de la cabeza y alguien vierte en mi boca la bebida fría y lastimosa, pasa por mi garganta dejando un ardor.— Otro, otro— no tengo tiempo de decir que no ni tampoco de evitarlo, solo siento la caída del líquido en mi garganta. —Carajo —susurro en cuanto al fin me sueltan.— Ya no, Sebastian, ya hay que irnos— miro a mis amigos, ellos están felices, ríen y beben contentos, soy el amigo que arruina todo. Tomo otro tequila y me
Mis amigos salen del auto como niños pequeños cuando llegan a un parque de diversiones, todos caminan hacia la entrada del antro que Alex propuso para nuestra noche, para mis famosa y no planeada despedida de soltero. Que extraño se siente eso porque aún no es definitivo, es solo una idea que quiero llevar acabo porque estoy aburrido, tengo 31 años y a pesar de eso no tengo novia ni un prospecto para ese lugar. Solo tengo a una pequeña acosadora de veintitantos años que deja su ropa interior en mi cajón, algo muy loco y aterrador si lo piensas de otra manera.—¡Corre Max, las chicas nos esperan!— grita Sidd con una voz bastante ronca por el alcohol. Si ellos no dejan de tomar lo más seguro es que terminen ahogandose con su vómito. —Max— salgo del auto y cierro la puertas con seguro antes de caminar hacia mi grupo de amigos.—La vida es muy corta como para casarse, amigo— Alex pasa su brazo sobre mis hombros, ambos caminamos hacia la entrada del antro— aquí hat chicas solteras dispuest
—¿Eres su novio? Págame el defecto que hizo en mi ropa, ahora mismo.— El hombre rosado y feo me grita, ahora me grita a mí, reprimo las ganas de carcajearme, sé que eso no sería muy bueno para la situación, pero es que estoy ebrio. Todo me parece buena idea ahora. Pero al final lo hago, me río del tipo y sus sarta de tonterías, ese traje no vale lo que él piensa, ninguna marca reconocida tiene un traje tan feo como el que él lleva ahora mismo—¿Qué te causa tanta gracia?, llamen a seguridad— Las manos de las chica juguetean nerviosas, al parecer no es de este ambiente, es decir, si fuera como las chicas que dice Alex que hay entonces ya estaría gritándole al feo hombre, pero no, se mantiene en silencio como una niña regañada.—Oye, no, yo...— Su voz a penas y es audible por el tema de la música, pero a pesar de ello, su voz es tersa, linda, me gusta su voz —Puedo llevarlo a la tintorería y dártelo limpio. —Sonrío al escucharla, es una idea pésima y para el hombre feo también, es él qui