HANNAH—¿En donde estabas, niña? Llevo más de media hora intentando contactarte, te he marcado al teléfono varías veces y rechazabas la llamada. Me has asustado, en serio Hannah, no hagas eso y no salgas así como así y menos en un día tan importante.— Se queja mi madre mirándome a los ojos que demuestran lo preocupada que estaba. Si, vi todas esas llamadas y con toda la intención las rechazaba una y otra vez. Cuando salí de la clínica me quedé dos horas en el auto, porque no sabía qué camino tomar. No sabía si irme por el camino que lleva a la casa de Leo o venir directo a casa. Fueron minutos de mucho miedo, de mucho estrés porque tenía que tomar una decisión que pensé que sería fácil, pero no lo fue. Estar aquí frente a mi madre es la cosa más difícil de mi vida, pero yo sé que puedo arreglar todo esto en algún punto. Se que puedo hacer que mi madre me perdone después de que diga las palabras que van a terminar con todo esto. — Vamos, vamos, debes de tomar una ducha y después te van
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