Miro a Sebastian, bueno, no. Lo estoy admirando, esta comiendo tranquilamente frente a mí. Parece Yam feliz comiendo lo que para mi gusto es lo más caro que he visto y probado antes, yo siempre como en casa y cuando me doy el gusto de comer fuera, con las chicas, debo de ahorrar una semana antes mis propinas. Cuando veo a Bastian comer así de feliz sin miedo a lo total de la cuenta, me puedo dar cuenta de que me hubiera gustado nacer en una familia que se esforzó en conseguir lo mejor para sus hijos. Solo que me tocó nacer en una familia en la que no había una mamá y que el padre no era tan responsable. No creo que haya nada más bonito que ver a tus hijos siendo felices, pero es triste saber que el dinero es lo que da esa felicidad. No me alegro de lo que me pasó, pero sé bien que yo no hubiera podido darle una vida llena d e lujos y privilegios a mi bebé. Desde el primer instante que se posó en mi vientre lo llene de comida basura y de problemas, emociones fuertes que me lo arrebatar
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