¡Crackle, Crackle!, ¡Halia…!, ¡Halia…! - ¡Mi Pequeña feroz escúchame! – En su visión borrosa, observa los cabellos rojos de una mujer, su voz le producía seguridad, la escena era caótica un hombre grande se resguardaba detrás del auto. ¡Ra-ta-tá!; ¡Ra-ta-tá! -Huye Halia, Huye, no confíes en nadie, TE amo, te amamos nunca lo olvides, ocúltate bien. ¡Wow! ..... Un silencio total, un pito agudo, todo es muy confuso, el cuerpo de la mujer la cubría había mucha sangre, el olor es inconfundible, en su mente “Huye, ocúltate bien”. ¡Bimp, bimp! ¡Crac! ¡Rayos otra vez!... «Conmigo los vendedores de despertadores se harán millonarios&r
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