Un hombre delgado, alto, con uniforme sanitario, corre a toda velocidad, otro hombre formido lo sigue de cerca, sabe que le están pisando los talones, si lo atrapan no lo va a contar. Sus zancadas son constantes, su adrenalina fluye por todo sus sistema, sin mirar atrás atraviesa el gran mercado eludiendo todos los obstáculos que se le presentaba, puede ver la velocidad que lleva en el asfalto, su objetivo, llegar a los suburbios debajo de la grandes medianas, es el único lugar con suficientes personas para camuflarse. - «Nunca debí meterme con esas personas»- En sus ojos salen lágrimas de arrepentimiento. Necesitaba el dinero. Por eso lo hizo. El hombre podía sentir la presencia de algo que lo estaba alcanzando. Incluso podía sentir su respiraba en la nuca. La gente a su alrededor solo le daba paso. El latido de su corazón era tan rápido,
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