Inicio / Suspenso / LOS PLACERES Y PECADOS DE GIAN / Capítulo 21 - Capítulo 30
Todos los capítulos de LOS PLACERES Y PECADOS DE GIAN: Capítulo 21 - Capítulo 30
59 chapters
SOLO DOS JUGADORES
Gian no responde, él está demasiado ocupado conmigo como para contestarle a su asistente. Mi cabeza descansa en su hombro derecho y mi respiración es rápida, los últimos vestigios de mi orgasmo aún me invaden, igual que Gian; su cuerpo se estrella contra el mío una vez después de otra. Seguramente Julissa puede oír el crujir del escritorio, debería poder oírlo. —¿Excelencia? —vuelve a insistir, igual que Fanny en su momento. Gian se corre gruñendo a través de los dientes fuertemente apretados, me aplasta contra él con una mano y mientras se sujeta al borde del escritorio con la otra. Noto como su semen se derrama en mi interior, llenándome hasta que lo siento escurrirse por mis muslos y gotear directo a la alfombra negra. Mis piernas se deslizan de sus caderas y terminan balanceándose inertes a cada lado suyo, contra sus muslos. Es extraño, ahora mismo me importa un carajo tener su semen dentro de mí, apenas ocupa un segundo de mis pensamientos. Suspiro, sint
Leer más
ARREPENTIMIENTO Y ASTUCIA
—Fanny, no es divertido que inventes cosas así—digo con voz temblorosa. Aferrandome a las sabanas con las uñas. La chica enrojece y me arroja el vestido otra vez. —¡Yo no soy una mentirosa! —exclama ofendida. —¡Entonces explícame de qué rayos estás hablando! —estallo cada vez más asustada. Ella examina mi expresión un instante, luego sacude la cabeza. —Veo que en realidad no recuerdas nada, creí que fingías. —Habla de una vez. Mira a la puerta, después a mí y por último al suelo. —Ayer volvió de la excursión, pidió verte y fuiste a reunirte con él totalmente ebria—niego oyendo cómo empeora mi situación conforme habla—. Veena, habías estado bebiendo vino en la tina de baño, toda una botella. Y muchos empleados, entre ellos yo, te oímos tener sexo con él en su oficina. No recuerdo nada, sólo que le arranqué la ropa a Jade en cuanto lo vi entrar a nuestra habitación. No sé qué pasó después. —Seguro Creel in
Leer más
REALEZA Y NOBLEZA
Como estúpida me quedo viendo la fuente del jardín a través del cristal, en realidad miles de pensamientos galopan a todo correr en mi cabeza. Gian Creel... Detrás de mí siento la presencia de todos esos nobles, bailando, charlando, y por supuesto, fingiendo agradarse. Doy un pequeño sorbo al vino, debería dejar mi gusto por las bebidas luego de lo sucedido con Gian, pero no puedo, menos ahora que debo procesar todo su maldito discurso. Agradezco al cielo que se haya tenido que ausentar un rato, de otra forma, tendríamos que hablar sobre lo sucedido ayer. No quiero ni recordar qué pasó entre nosotros, sólo imaginarlo basta para que me sonroje, y no sólo de rabia. —Disculpe, Alteza, ¿puedo acompañarla? —la voz es baja, casi susurrante. Su petición me sobresalta y parpadeo varias veces antes de girarme. Es un chico, sus rasgos no son demasiado sobresalientes ni interesantes, sin embargo, tiene algo sincero en ellos, algo diferente a los demás.  —Por supues
Leer más
VERDADES SOBRE CELOS
Trago saliva al mismo tiempo que Fabian, hay algo en la helada voz de Gian que deja en evidencia su enfado. Está claro que nos ha oído hablar de él y de su colegiala compañera misteriosa. Y tambien está claro que no desea que yo sepa nada. —El señor Matsson y yo llevamos un rato conversando, Excelencia —le digo a Gian con calma, y Matsson asiente en total acuerdo. No me atrevo a volver el rostro, no le temo demasiado, pero sí lo suficiente para ser razonable y no estúpida. —Eso suena fantástico, cariño. ¡Mírate! No te unes a la fiesta en tu honor, pero si compartes chismes con el señor Fabian Matsson en este rincón—comenta tranquilamente. Veo como el chico Matsson enrojece de humillación. —No compartíamos chismes. Basta, Gian—mi voz se ha vuelto tan helada como la suya. Besa mi hombro otra vez. —Señor Matsson, si es tan amable de dejarnos solos—murmura aspirando cerca de mi cuello—. Mi esposa y yo tenemos algunas palabras que c
Leer más
ELLA... ¿QUIÉN ES?
Visconti, ese apellido está lleno de misterio, y a mi beneficio, de bastantes posibilidades. Puede que todo lo que Julissa me ha dicho también tenga que ver con ese apellido, pero no puedo preguntarle nada; Julissa es la mano derecha de Gian y es completamente fiel a la familia real. Probablemente preguntarle sólo sirva para que ella me delate ante Gian. Ayer no volví a la fiesta, mi enfado era tan grande que decidí pasear casi toda la noche por los jardines del ahora castillo Cianí, y por consecuencia, Fabian Matsson se marchó hoy sin decirme nada más. Mientras nos despedíamos lo vi muy nervioso, y bastante ansioso por montarse en su Camaro color amarillo mostaza.  —El culpable —digo ladeando el cuello frente al espejo—, es nada más y nada menos que Gian Creel. Creo que habló con Matsson anoche y lo hizo callar, además, esta mañana lo tuve pegado durante todo el tiempo que Matsson estuvo cerca de mí, y cuando lo despedimos, Gian no dejó que me diera la mano. Está
Leer más
PRÍNCIPES EGOÍSTAS
—Volveremos a De Silvanus mañana. Ya te habías tardado, pienso picando un trozo de sandía con el tenedor. —¿Y a qué se debe esta repentina decisión? —pregunto sin levantar la mirada. —22 años. Lo había olvidado, mañana es el cumpleaños de Gian y dentro de tres años más podrá tomar su corona sin ningún impedimento. Supongo que debo agradecer al antiguo Decreto Real mi actual miseria. —“Todo Príncipe heredero legítimo a la corona sólo podrá ser coronado sí ha tenido un único matrimonio de mínimo tres años, antes del cumpleaños número 25; fecha en la que deberá convertirse en Rey—recito levantando la vista y admirando como el rostro de Gian se altera, como se crispan sus lindas facciones—. Cumplir con exactitud a este decreto está sometido el primogénito de la familia real”. Todos sabemos cuánto odia Gian esta cláusula, insignificante para todos los anteriores Príncipes, pero no para el actual Creel. Y con el único fin de provocar su enfa
Leer más
VEENA
Aunque Gian hizo lo que hizo por su propia conveniencia, le estoy agradecida. Consiguió darle al asunto un punto de vista más romántico; la forma en la que se comportó y las cosas que dijo en mi nombre, sin duda consiguieron que esos nobles nos vieran como una pareja de enamorados, como dos recién casados que disfrutan su luna de miel a plenitud. El hombre que me hizo morder los almohadones en la cama durante nuestra noche de bodas, ahora sale en mi defensa. Vaya, el mundo da muchas vueltas. Suelto una exhalación. —Te lo agradezco, no quiero ni imaginar qué clase de escándalo hubiera provocado Julissa—probablemente mi total degradación y la pérdida de la reputación que todavía no consigo. Gian permanece quieto, mirándome con fijeza y sin responder. Tuerzo los labios. —Te estoy agradecida, pero no te la chuparé. Su boca se curva en una sonrisa juguetona, insinuante. —¿Segura que no quieres? Puedo ser muy complaciente cuando quiero, ya l
Leer más
LO QUÉ DESEO DE TI
Y hablando de reyes, el mismísimo rey Zen aparece, incluso en su palacio pocas veces se le ve, debería sentirme honrada. Tanto Fanny cómo su compañera se apresuran a reverenciarlo. Pero yo permanezco derecha, ya que ahora soy parte de su imperfecta familia, y no creo que deba rendirle respeto al hombre que engendró la bestia que habita en Gian. El rey Zen me mira con los mismos ojos verdes de sus hijos, pero a diferencia de los congelados ojos de Gian, los de su padre son serios y profundos, aunque más humanos; y a diferencia de los del Rey, los de Emma son alegres y dulces. El Rey trae un traje negro sobre una camisa color plata, se ve soberbio y formal; una imagen de lo que será Gian algunos años más adelante. Sus pasos hacen eco cuando se nos acerca con las manos unidas tras la espalda. —Señorita Kohana —su voz es formal y sin inflexiones, tal vez no sabe o no le importa llamarme por mi nombre real. De reojo veo a Fanny irse discretamente con la otra doncella. No
Leer más
ACUERDOS BAJO AMENAZAS
—Quiero que te resistas. Quiero verte forcejear, gritar y llorar. Quiero que me mires cómo lo haces ahora, con esos ojos azules tuyos llenos de odio e ira, y todo mientras yo te lleno de mi semilla. Me muero por lanzarme sobre él y rebanarle la garganta para que jamas vuelva a sonreírme de esa manera tan lasciva. Pero no puedo, no puedo hacerle nada. Solo puedo escucharle. —Pero Veena, también quiero que cedas. Y creo que sería importante mencionar que ya no respetaré esa estupidez de no tocarte, y eso es sólo culpa tuya —automáticamente mi boca se abre por la sorpresa. ¿Qué clase de tonteria es esa? ¿Cómo puedo ser yo culpable de sus enfermos fetiches? —La última vez que follamos pude ver que te gusta coger conmigo, y que a mí me gusta estar dentro de ti, me gusta más de lo que creía. Veena, podemos llevarnos bien, y en la mejor cama, mejor. Podrías evitarme tener que batallar tanto contigo cuando te quiera tener para mí. —¿Y si me niego? —artículo,
Leer más
NADA DE TI
En respuesta a la llamada en la puerta, Gian gruñe y se aleja de mala gana. Abro los párpados y lo miro, está observándome. —Puedes volver a tus actividades, Veena, si eso es lo que quieres —añade sin expresión, sorprendiéndome—. Pero no olvides con quien te has casado, no hagas nada imprudente, ¿de acuerdo? —parece que el sexo tiene mucha influencia en las decisiones de los hombres. A continuación, me ayuda a levantarme. Las piernas me tiemblan, pero no pido su ayuda para tomar asiento en un amplio sofá en un rincón de la oficina, cerca de los ventanales y bastante lejos del escritorio de Gian. La llamada en la puerta vuelve a producirse, Gian se arregla el traje antes de decir “adelante”. —Excelencia —dice una voz varonil que yo conozco muy bien. Gian asiente y con un gesto lo invita a entrar. Yo me hundo en el sofá y ruego a Dios que no me vea. Jade entra, viste el traje negro de los choferes y cómo siempre, permanece callado y quieto, esperando órdenes. Gian se acerca a él y
Leer más