Un sin número de emociones se juntaron en su estómago, y negó de prisa y en silencio, sus mejillas ardían al mirar aquel lugar, quizás, en un momento dado estarían ella y Caleb viviendo juntos allí…siendo marido y mujer…avergonzada, negó nuevamente. —A ordenar todo esto, Leia… hay mucho trabajo que hacer— se dijo y comenzó a caminar hacia el comedor. No podía permitirse pensar de más las cosas, decidió que estaba en el camino correcto, y sobre él seguiría; estaba más que cómoda con Caleb, con ese lugar en el que viviría y con ella misma, solo era cuestión de acostumbrarse a todo ello, y todo estaría bien. —No toques eso— regañó con notorio fastidio el joven pelinegro al ir conduciendo su coche por la ciudad.&nb
Leer más