Capítulo 62. ¡No me vuelvas a tocar!
Amalia se levantó temprano, no fue mucho lo que pudo dormir, no desde el momento cuando Hefesto, por fin le confesó la verdad, precisamente durante su vuelo de regreso, no pudo evitar los recuerdos de ese día. “—La verdad Amalia, es que no tengo idea si realmente te llamas así, te inventé ese nombre porque perdiste la memoria. El mismo día cuando enterré a mi esposa y a mi hija, quien murió dando a luz junto con mi nena, le dije al chofer que recorriera la ciudad, estaba desolado y no quería llegar a la casa, porque todo me la recordaba. En una de esas calles, saliste corriendo de forma sorpresiva, sin mirar a los lados y él te atropelló, bajé y te cargué, llevabas a la pequeña Bianca en brazos aún con el cordón umbilical, sangrabas y estabas muy débil, te habías golpeado la cabeza y te traje a mi casa, te atendí y a la bebé, cuando despertaste creíste que era tu esposo y no te saque de tu error, solo te llevé la corriente, porque de cierta manera eras como un salvavidas par
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