Capítulo 175. Ajustar cuentas
Cuando la familia escuchó esas palabras, sus llantos cesaron de inmediato, y su llanto se convirtió en gozo, todos corrieron a abrazarlo, él los recibió feliz, mientras veía a sus padres mirarse emocionados, con sus rostros mojados por las lágrimas —¡Vaya! Tremendo recibimiento, no creía que me extrañaran tanto… si apenas me perdí tan solo por un par de horas, me recibieron mejor que cuando duré meses sin venir… bueno papá, creo que como estás tan contento es oportuno hacerte una confesión… verás… queme más de cien mil dólares, o mejor dicho la camioneta que me prestaste.Cerró los ojos, esperando que al abrirlo se encontraría con el puño o por lo menos el rostro molesto de su padre, sin embargo, no fue así, este sonreía y besaba su rostro con alegría como si no lo hubie
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