Lia caminó de un lado para el otro por toda la habitación mientras sus dientes mordían su labio inferior intentando apaciguar sus nervios.Pasó la mano por su vientre y luego aspiró el aire tratando de agudizar sus sentidos. Ya eran más de las once de la noche, y Nasser posiblemente había enviado algo de lo que prometió con alguna persona.Esperaba que Said no viniera, ni ahora ni nunca, hasta que ella abandonara este palacio, en definitiva.Desesperada ante la incertidumbre, le hizo caso a los latidos de su corazón, y totalmente descalza, comenzó a caminar rumbo a la puerta de la habitación, para así salir, y esperar por un rato afuera de la misma.Pero justo cuando ella estaba intentando llegar a la puerta, estas se abrieron haciendo que se detuviera en seco y su cuerpo comenzara a temblar entero.Said estaba de pie frente a ella, pero esta vez no se veía n
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