Normalmente Winter evitaba cada uno de los lugares donde seguramente hubiera una gran cantidad de personas, odiaba con locura los sonidos altos, el detestable ruido que producían las grandes multitudes y sin duda los horribles sonidos que emanaban los aeropuertos. Siempre había preferido los lugares silenciosos, tranquilos donde pudiera escuchar hasta el más mínimo sonido que se presentara a su alrededor. Ese era el principal motivo por el cual había entrado a trabajar como editora en una de las revistas menos importantes de la ciudad. Trabajando como editora había conseguido una oficina silenciosa donde siempre se pudiera concentrar, no le pagaban lo suficiente, apenas si podía pagar las cuentas de fin de mes pero, a ella le parecía bien. No necesitaba grandes cantidades de dinero para vivir cómodamente, desde niña había aprendido a vivir con lo mínimo y aunque para muchos fuera lamentable, ella est
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