Aida y Horacio habían llegado a su destino final, una chica del hotel les recibía, los señores Kent, luna de miel y aniversario. La chica tenía un acento maravilloso, Aida hablaba perfectamente el italiano, Horacio no lo hacia de la misma manera que ella, aunque como dijo en tono jocoso, me haré entender a la perfección. Pero su francés era impecable, seductor y volcánico.El botones les conducía a sus habitaciones, cuando la puerta se abría ante ellos, quedaron maravillados, un hermoso balcón amplio y lleno de plantas, un pequeño comedor para tomar el desayuno, la habitación tenia un gran jacuzzi, sala, bar a su disposición, y tres restaurantes, en la mañana después de las 10 había una salida a museos, como también cena en un restaurant marroquí del hotel, tenían reservación.Horacio le daba una buena propina al joven quien haciendo ademán se despedía deseándoles una feliz estadía.El baño era impecable, hermoso, y con todo lo que necesitaban, se darían un baño, y se recostarían, era
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