Mia pestañeó un par de veces antes de abrir los ojos. Los recuerdos de la noche anterior llegaron poco a ella y sonrió. Había sido una noche fantástica. Giovanni era el amante perfecto y no del tipo de hombres que solo actuaba en busca de su propio placer. Sus manos habían recorrido su cuerpo con devoción y sus besos habían sido exigentes, pero placenteros.Sabía, incluso antes de girarse a ver el otro lado de la cama, que él no estaba allí. Podía sentir su ausencia. Estiró su brazo y acarició el lado donde él había dormido, el recuerdo de su cuerpo envolviéndola mientras dormía estaría grabado en su memoria. La sábana no estaba demasiado fría, era probable que él se hubiera levantado hace poco.Se levantó de la cama, se sentía decepcionada, pero la vida continuaba. Además, él nunca le había prometido una relación duradera ni amor. Entró al baño y se dio una ducha algo larga, muchos de sus músculos adoloridos se relajaron con el agua tibia. Se alistó para ir a visitar
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